En muchos lugares, las tasas de casos están disminuyendo y las muertes por COVID-19 se han vuelto poco comunes. Para muchos, la vida se asemeja ahora a la normalidad anterior a la pandemia.
Entonces, ¿qué hay que saber sobre la situación actual?
No tan rápido: El COVID sigue siendo un gran problema
El virus sigue estando entre nosotros, no ha quedado atrás.
Según los CDC, en EE.UU. hay casi 100.000 nuevos casos (probablemente una subestimación) y alrededor de 300 muertes diarias debido al COVID en el momento de escribir este artículo.
A pesar de ello, cada vez hay más gente que presta menos atención.
Eso podría ser un gran error. Con la llegada de la temporada de viajes de verano y algunas advertencias sobre el otoño y el invierno, merece la pena dar un paso atrás, respirar hondo y reevaluar la situación.
He aquí las respuestas a cinco preguntas que he escuchado últimamente.
1. A estas alturas no me he vacunado contra la COVID. Entonces, ¿todavía necesito una vacuna?
Sí, efectivamente. La vacunación y las dosis de refuerzo son la mejor manera de evitar un caso grave de infección por COVID-19.
Tal vez te hayas librado de la infección hasta ahora porque has estado atento al distanciamiento físico, al enmascaramiento y a otras medidas preventivas.
O tal vez hayas heredado genes que hacen que tu sistema inmunitario sea especialmente bueno para evadir el virus COVID-19. O tal vez simplemente has tenido suerte.
Sea cual sea el motivo, es mejor no bajar la guardia. El virus SARS-CoV-2 que causa la COVID es muy contagioso, especialmente las variantes más recientes.
Y aunque algunas personas tienen más riesgo que otras, cualquiera puede infectarse y cualquiera puede enfermar gravemente por este virus. Incluso si contraes un caso leve o moderado de COVID-19, recuerda que algunas personas experimentan síntomas de COVID prolongados, como fatiga y niebla cerebral.
2. Cada vez hay más personas vacunadas que enferman de COVID. Y he oído que se han producido más muertes relacionadas con la COVID desde que se pusieron en marcha las vacunas que antes de que estuvieran disponibles. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre las vacunas y los refuerzos?
La diferencia es enorme.
Se calcula que las vacunas contra el COVID-19 han salvado más de dos millones de vidas en los Estados Unidos. Si las tasas de vacunación hubieran sido más altas, las estimaciones sugieren que se podrían haber salvado más de 300.000 vidas adicionales.
Sabemos que las tasas de infección, ingreso hospitalario y muerte disminuyeron drásticamente entre las personas vacunadas poco después de que las vacunas estuvieran disponibles.
También sabemos que la mayoría de los casos graves de COVID-19 entre los vacunados se producen entre personas que no han recibido una vacuna de refuerzo.
En general, los casos graves y las muertes siguen siendo mucho menores entre las personas vacunadas y reforzadas que entre las personas no vacunadas.
¿Es cierto que ha aumentado la proporción de casos graves y muertes por COVID entre los vacunados? :
Sí, pero las posibles explicaciones de esta tendencia muestran en realidad que las vacunas siguen protegiendo a las personas de las enfermedades graves:
- Cuando las tasas de infección descienden, las tasas globales de ingreso hospitalario y de muerte descienden para todos, vacunados o no. Por tanto, la diferencia entre las tasas de infección y muerte entre las personas vacunadas y las no vacunadas se reduce.
- Las vacunas disponibles no son tan eficaces contra las nuevas variantes del virus. Es cierto, pero estas vacunas siguen reduciendo eficazmente el riesgo de enfermedad grave.
- La inmunidad disminuye con el tiempo. Esto es cierto incluso para las mejores vacunas, por lo que se necesitan refuerzos. Sin embargo, sólo un tercio de la población estadounidense ha recibido un refuerzo de la vacuna COVID. Esto facilita que el virus siga propagándose y mutando.
- Llevamos más tiempo con vacunas que sin ellas desde que empezó la pandemia. Dado que ninguna vacuna es eficaz al 100%, el número de casos y muertes seguirá sumando, hasta superar los casos y muertes anteriores a la vacuna.
3. Primero, las vacunas iban a resolver esto. Luego necesitábamos una vacuna de refuerzo. Ahora necesitamos dos. ¿Qué está pasando, y por qué debería considerar esto?:
Buenas preguntas. La protección proporcionada por la mayoría de las vacunas tiende a disminuir con el tiempo. Por eso se recomienda vacunar contra el tétanos cada 10 años.
Hemos aprendido que la protección contra el COVID-19 puede disminuir unos meses después de las dosis iniciales de la vacuna.
Se recomienda un primer refuerzo para todas las personas vacunadas, cinco meses después de completar la serie de vacunas de dos dosis de Moderna o Pfizer o cuatro meses después de la vacuna de dosis única de J&J.
Dado que la inmunidad de la primera dosis de refuerzo puede disminuir antes en los adultos mayores y en las personas con ciertas condiciones de salud, ahora se ofrece otra dosis de la vacuna Pfizer o Moderna a los mayores de 50 años y a otras personas con un riesgo particularmente alto.
4. Ahora que los mandatos de mascarilla están en el espejo retrovisor y todo el mundo está cansado de las restricciones de la COVID, ¿qué más ayuda? 
Todavía no está claro que los mandatos de las mascarillas debieran haberse levantado tan pronto, especialmente cuando las tasas de infección empezaban a aumentar de nuevo.
Sólo sabremos en retrospectiva si fue una buena idea.
En cuanto a otras medidas, el distanciamiento físico, el enmascaramiento y otras medidas siguen teniendo sentido en determinadas situaciones.
Por ejemplo, si se utiliza el transporte público o se viaja en avión, una máscara bien ajustada puede proporcionar una medida de protección.
Si te expones regularmente a mucha gente y sabes que pronto estarás en contacto estrecho con alguien de alto riesgo, ponte una máscara y hazte las pruebas con antelación.
5. ¿Cuál es la conclusión?
Vacunarse. Si eres apto para un refuerzo, hazlo. No tiene sentido recibir la vacuna inicial y renunciar a los refuerzos.
Si usted es una de las pocas personas que tuvo una reacción significativa a un tipo de vacuna, pregunte sobre la posibilidad de recibir otro tipo de vacuna como refuerzo.
Cuando comenzó la pandemia, pocos esperaban que más de dos años después siguiera causando tanto sufrimiento y muerte.
Pero no hay que fingir que se ha acabado; no hay que tirar las mascarillas todavía y hay que seguir las recomendaciones de la sanidad pública. Si has decidido no vacunarte ni reforzarte, piénsatelo dos veces.
Sí, todos estamos hartos de la pandemia. Pero yo lo veo así: cuando parece que va a llover, tirar el paraguas y fingir que hace sol son decisiones de las que probablemente te arrepentirás.
