Harvard Medical School
Aunque desde hace tiempo se desaconseja el ejercicio extenuante antes de acostarse, los períodos cortos de actividad ligera pueden mejorar el sueño, según un análisis publicado en línea el 16 de julio de 2024 por BMJ Open Sport and Exercise Medicine.
En el estudio participaron 28 personas de edades comprendidas entre los 18 y los 40 años (con una media de 26 años y un 71% de mujeres), todas las cuales declararon que normalmente pasaban al menos cinco horas sedentarias durante el día y dos horas por la noche.
Los participantes llevaron un monitor de actividad durante siete días consecutivos.
Cada persona completó dos sesiones vespertinas de cuatro horas en un laboratorio: una en la que permanecieron sentados todo el tiempo, y otra en la que hicieron pausas de actividad de tres minutos cada media hora.
Durante los descansos, realizaban sencillos ejercicios de resistencia consistentes en sentadillas en la silla, elevaciones de pantorrilla y elevaciones de rodilla de pie con extensiones de cadera con la pierna estirada.
Los investigadores descubrieron que los participantes dormían una media de 30 minutos más por las tardes después de completar la sesión con las pausas de actividad.
Los ejercicios de resistencia utilizados en el estudio no requieren equipo y pueden hacerse mientras se ve la televisión, señalaron los autores del estudio, y la gente probablemente podría cosechar efectos similares sobre el sueño con breves ráfagas de actividad que incluyen caminar por la casa o marchar en el lugar.
