Respuesta. En Estados Unidos, en los últimos 20 años, un nuevo tipo de médico -el hospitalista- se ha hecho cada vez más responsable de la atención de muchos pacientes en el hospital.
Aunque es nuevo en Estados Unidos, éste ha sido el modelo durante mucho tiempo en muchos otros países.
Durante muchos años, en nuestra práctica de la medicina interna de atención primaria, siempre que nuestros pacientes eran hospitalizados, éramos los médicos de atención primaria responsables de ellos, a menos que fueran operados o necesitaran estar en una unidad de cuidados intensivos.
Cuando nuestros pacientes enfermaban lo suficiente como para requerir hospitalización, les gustaba tener un médico al que conocían.
Pero a mis colegas y a mí nos resultaba cada vez más difícil: es difícil estar en dos sitios a la vez, en la consulta viendo a los pacientes y también en las plantas del hospital donde estaban algunos de tus pacientes.
Si tu paciente estaba sufriendo una crisis, tenías que estar a su lado en ese momento, aunque tu horario de consulta estuviera lleno durante las tres horas siguientes.
Además, mientras que nuestra consulta se encuentra en una clínica del hospital, a sólo un ascensor de distancia de los pacientes hospitalizados, muchos de nuestros colegas tenían consultas fuera del hospital. Estaban separados de sus pacientes hospitalizados por el tráfico.
También había otro problema. A medida que aumentaban los conocimientos médicos y las nuevas tecnologías para atender a los pacientes hospitalizados, al médico de atención primaria le resultaba más difícil mantenerse al día.
Así que, cada vez más, los médicos hospitalistas que están presentes en el hospital las 24 horas del día atienden a los pacientes hospitalizados, a menudo en consulta con los médicos de atención primaria de los pacientes.
No es una solución perfecta: mientras que el médico de atención primaria puede conocer al paciente desde hace décadas, el hospitalista rara vez lo conoce del todo.
El historial médico del paciente suele estar a disposición del hospitalista, pero puede ser muy voluminoso.
Incluso cuando el hospitalista domina todos los detalles de ese historial, no es lo mismo que “conocer” al ser humano que acaba de convertirse en su paciente.
Cada vez son más los médicos jóvenes que eligen ser hospitalistas y menos los que eligen ser médicos de atención primaria. En mi opinión, el aumento del número de hospitalistas es positivo.
Y hay estudios que sugieren que está mejorando la calidad y la eficiencia de la atención hospitalaria.
Pero también me preocupa que el futuro traiga escasez de médicos de atención primaria, los médicos que te conocen, que te han visto en las buenas y en las malas, cuyo rostro reconoces y en cuyo consejo confías cuando llegan a tu cama de hospital en un momento de crisis.
