Harvard Medical School
El método estándar para confirmar una alergia verdadera a la penicilina suele comenzar con una prueba cutánea.
Si no se produce ninguna reacción, la persona se somete a una prueba de provocación con penicilina oral, en la que se administra el fármaco en pequeñas cantidades que aumentan gradualmente, para diagnosticar o descartar una alergia.
Tradicionalmente, esta prueba se realiza en la consulta de un alergólogo. Sin embargo, sólo una pequeña minoría de personas se somete a pruebas formales tanto de provocación oral como cutáneas.
Ahora, un ensayo publicado en el número de septiembre de 2023 de la revista JAMA Internal Medicine sugiere que la prueba de provocación oral a la penicilina por sí sola puede detectar con precisión una alergia y realizarse de forma segura en la consulta de cualquier médico.
Los investigadores reclutaron a 377 pacientes con alergia a la penicilina de bajo riesgo, es decir, que declararon haber experimentado una reacción leve -mayoritariamente una erupción- relacionada con la toma de un antibiótico a base de penicilina, como la penicilina simple, la amoxicilina o la amoxicilina con clavulanato (Augmentin).
Aproximadamente la mitad recibió sólo una prueba oral de penicilina, mientras que el resto se sometió a las pruebas cutáneas tradicionales seguidas de la prueba oral de penicilina.
Los resultados mostraron que sólo el 0,5% de las personas de ambos grupos tenían una verdadera alergia a la penicilina.
Los resultados sugieren que, en el caso de las personas que sólo han tenido una reacción leve atribuida a la penicilina, una prueba de provocación oral realizada en la consulta del médico puede identificar una posible alergia sin necesidad de realizar pruebas cutáneas.
