Las actitudes se muestran por cinco conductas: Palabras, tonos de voz, caras, ademanes y posturas corporales.
Son el resultado de las creencias, es decir pensamientos y sentimientos integrados.
Hay tres sistemas de creencias que influyen en nuestras actitudes y son las que se tienen sobre sí mismo, sobre los demás y sobre la realidad.
Para desarrollar una actitud positiva hay que evitar pensamientos negativos, dejar de creer que somos nuestros defectos, creemos eso porque uno de los principales vicios de la educación es decirles a los niños que son lo que hacen, de verdad en nuestra esencia solo tenemos cualidades positivas y las merecemos.
También hay que dejar de pensar en las generalizaciones negativas sobre los demás como: Todos los hombres son iguales, todas las mujeres son iguales, todos los pobres, todos los ricos, todos los negros, todos los blancos, todos los políticos, etc.
De esta forma se alejan los prejuicios e ideas que nos alejan del ejercicio de discernir sobre las ideas que alimentan nuestro pensamiento.
En la educación hemos cometido errores que se han repetido de padres a hijos por milenios, haciéndonos creer que todo es racional y que lo irracional no existe, como los sueños, los ideales, las ambiciones, los deseos, que son solo producto de la imaginación y no son reales.
Todo lo real comienza real en la imaginación de sus creadores.
Descubrir y reconocer
Para hacer un cambio en positivo de aquello que pensamos, implica el proceso de reconocer y cambiar determinadas formas de pensar, sentir y comportarse que han demostrado ser contraproducentes, para de esta forma construir una mentalidad más esperanzada, optimista y resiliente.
Si tenemos claras las ideas que tenemos vivas y que nos han detenido a alcanzar nuestros objetivos, será más fácil trabajar sobre ellas para por un lado, reconocerlas, y por otro, cambiarlas en un tono que elimine por completo lo negativo de nuestro pensamiento, y de esta forma generar un impacto favorable en todos los ámbitos de la propia existencia.
Merecemos vivir, contar con salud y obtener los logros que más anhelamos, así como mantener pensamientos positivos que fortalezcan nuestra actitud ante todo aquello que enfrentamos en la vida cotidiana, para que sean aprendizajes valiosos y que nos acerquen a la conquista de nuestros anhelos.
Lo importante es visualizarse como nos veríamos y qué estaríamos haciendo como personas que cristalizan sus propósitos en éxitos, y en este sentido, fortalecer nuestra actitud para lograrlo