Harvard Medical School
Pregunta. Tras una noche reciente de dolor, escalofríos y dificultad para orinar, me he enterado de que tengo un cálculo renal. ¿Necesitará tratamiento o puede resolverse por sí solo?
Respuesta. Depende de lo que ocurra a continuación. Se calcula que uno de cada 11 estadounidenses padece cálculos renales en algún momento de su vida, por lo que no está solo.
Estos depósitos endurecidos de minerales y sales que se forman en el interior de los riñones pueden provocar un dolor tan insoportable que se compara con el del parto.
Cuanto más grande es un cálculo -que puede tener desde el tamaño de un guisante hasta más de un centímetro de ancho-, más probabilidades hay de que se atasque en las vías urinarias y bloquee el flujo de orina.
Si esto ocurre -lo que puede provocar una peligrosa infección-, el cálculo renal puede requerir tratamiento.
Los urólogos utilizan diversos procedimientos para eliminar los cálculos o facilitar su expulsión, como la cirugía o la litotricia (una técnica que utiliza ondas de choque o láser para romper los cálculos en trozos más pequeños).
Pero los cálculos renales más pequeños pueden desaparecer por sí solos, aunque de forma dolorosa.
La deshidratación es una de las principales causas de cálculos renales, así que asegúrate de beber mucho líquido cada día para prevenir futuros episodios.