Harvard Medical School
Los relojes inteligentes pueden hacer algo más que consultar mensajes de texto y correos electrónicos o controlar los pasos y la frecuencia cardiaca. Muchos de estos dispositivos miden la actividad eléctrica del corazón, de forma similar al electrocardiograma (ECG) que se realiza en la consulta del médico.
Estas pruebas clínicas miden la actividad eléctrica de 12 puntos diferentes del cuerpo (en el pecho y las extremidades) durante unos 10 o 15 segundos.
En cambio, los relojes inteligentes miden la actividad de un solo punto (la muñeca).
¿Es suficiente para detectar problemas cardiacos? Posiblemente, sugiere un análisis publicado en línea el 3 de febrero de 2023 por la revista European Heart Journal: Digital Health.
Los científicos pidieron a 83.000 personas sanas (de 50 a 70 años) que se sometieran a un ECG de una derivación de 15 segundos que imitaba el ECG de un reloj inteligente, y luego siguieron su estado de salud durante 11 años.
Tras analizar las grabaciones, los científicos descubrieron que las personas cuyos ECG mostraban un tipo de latidos extra denominados contracciones ventriculares prematuras tenían más probabilidades de desarrollar posteriormente insuficiencia cardiaca.
Las personas con otro tipo, denominadas contracciones auriculares prematuras, tenían más probabilidades de desarrollar fibrilación auricular.
Se espera que los relojes inteligentes sean cada vez más útiles para detectar signos precoces de problemas cardiacos.