Cuando el dolor de espalda es crónico, con una duración de 12 semanas o más, puede afectar a la calidad de vida y a la función física, y contribuir a empeorar el estrés, la ansiedad y la depresión.
Aunque las personas que sufren dolor de espalda crónico suelen acudir a la fisioterapia, las investigaciones demuestran que los enfoques psicológicos que enseñan estrategias para gestionar la experiencia del dolor pueden ser útiles.
Entonces, ¿la combinación de estos enfoques podría aliviar más el dolor? Una reciente revisión sistemática de múltiples estudios sugiere que sí.
¿Cuál es la magnitud del problema y qué ha descubierto este estudio?:
En todo el mundo, el dolor lumbar es una de las principales causas de discapacidad y afecta a más de 560 millones de personas. En Estados Unidos, cuatro de cada 10 personas encuestadas en 2019 habían experimentado dolor lumbar en los últimos tres meses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Publicada en TheBMJ, la revisión se basó en 97 estudios de adultos que experimentan dolor lumbar crónico e inespecífico, con o sin dolor en las piernas. Mediante el uso de modelos estadísticos, los investigadores compararon la eficacia de las terapias destinadas a mejorar
- la función física, como ponerse de pie, subir escaleras y gestionar el cuidado personal
- la evitación del miedo, porque el miedo al dolor puede llevar a las personas a evitar el movimiento, lo que contribuye al ciclo de debilitamiento muscular y a un mayor dolor
- la intensidad del dolor, medida por las puntuaciones de dolor de las escalas de calificación validadas.
La revisión reveló que la fisioterapia más los enfoques psicológicos, como la educación sobre el dolor y la terapia cognitivo-conductual, mejoraron más eficazmente el dolor lumbar crónico que la fisioterapia sola. Más concretamente:
- Para mejorar la función física y la evitación del miedo, los programas de educación sobre el dolor junto con la fisioterapia ofrecieron los efectos más sostenidos.
- Para mejorar la intensidad del dolor, la terapia conductual combinada con la fisioterapia ofreció los beneficios más duraderos.
El estudio muestra las ventajas de un enfoque interdisciplinario del dolor lumbar crónico. 
La integración de la terapia conductual y la fisioterapia ayudó a las personas a conseguir una mejor funcionalidad, a reducir el ciclo de conductas evitativas y a reducir la intensidad de su dolor.
En su vida diaria, esto puede conducir a días de trabajo más productivos y a un mejor sueño, además de permitir a las personas participar en más actividades sociales, lo que aumenta el bienestar general.
¿Cómo ayudan las terapias psicológicas con el dolor?:
Las terapias psicológicas pueden ayudar a las personas a replantear los pensamientos negativos y a cambiar la percepción del dolor, las actitudes y los comportamientos.
Algunos ejemplos de enfoques destinados a reducir el malestar relacionado con el dolor son la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR), la biorretroalimentación y la terapia de reprocesamiento del dolor (PRT).
Un estudio reciente que evaluó la PRT demostró que el tratamiento psicológico centrado en el cambio de creencias sobre las causas y las consecuencias del dolor lumbar crónico puede proporcionar un alivio sustancial y duradero del dolor.
La neurociencia ha demostrado que el cerebro y el cuerpo están siempre conectados, y que el dolor es una combinación de cuestiones médicas, cognitivas, emocionales y ambientales. 
Las estrategias para controlar el dolor de forma eficaz deben dirigirse al cuerpo y al cerebro integrando terapias físicas y psicológicas, por ejemplo con programas de restauración funcional y trabajando con un psicólogo especializado en el dolor.
Comprender mejor el dolor y tratar todos los factores que contribuyen a su dolor crónico puede ser una forma de empoderamiento y curación.
