Muchos médicos, entre los que me incluyo, han utilizado marcos temporales para definir ambos tipos de dolor: el dolor agudo dura de dos a tres semanas y el dolor crónico dura de dos a tres meses o más y a veces se convierte en permanente.
El origen del dolor también es diferente. La mayor parte del dolor agudo está relacionado con una lesión tisular y se denomina dolor nociceptivo.
El dolor crónico se denomina dolor neuropático, que puede haber comenzado con un nervio dañado o irritado, pero las señales de dolor se originan ahora en el cerebro. (Para más información, consulte “Detener el dolor antes de que se vuelva crónico”).
Por lo tanto, consideremos su situación desde una óptica diferente a la del tiempo que ha durado el dolor. Haré algunas suposiciones sobre su caída para proporcionar un contexto que permita comprender este escenario tan común.
La primera pregunta es si su dolor crónico está relacionado con una lesión tisular persistente provocada por la caída. La mayoría de los casos de daño tisular se resuelven en semanas, pero puede seguir habiendo dolor nociceptivo no reconocido.
Pero en su caso, no parece haber una lesión persistente en el cuello o el hombro. Aun así, en situaciones como la suya, muchos médicos seguirán centrándose en la fuente periférica del dolor.
Por ejemplo, su médico puede recomendarle una inyección de anestesia local, que podría aliviar temporalmente el dolor. Sin embargo, probablemente volvería a aparecer porque el dolor crónico se origina a nivel central, probablemente en el cerebro.
Así pues, para abordar el dolor crónico es mejor centrarse menos en la duración del dolor y más en su origen: nociceptivo (tisular) o neuropático (principalmente en el cerebro), y a menudo ambos.
