Harvard Medical School
¿Beber alcohol es sano o perjudicial? Todo depende de la cantidad que se consuma.
Nuevos datos han abierto de nuevo el debate sobre qué papel desempeña el alcohol en la salud, si es que desempeña alguno. ¿Una cantidad moderada es buena para el corazón? ¿Se puede seguir disfrutando de una bebida de vez en cuando, o hay que convertirse en abstemio a medida que se envejece?
Como tantas otras cosas en la vida, es complicado.
“Hay pruebas fehacientes de que, en general, los bebedores moderados que toman una o dos copas al día tienden a vivir más”, afirma Eric Rimm, catedrático de Epidemiología y Nutrición y director del Programa de Epidemiología Cardiovascular de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
“Todavía se está estudiando si eso está directamente relacionado con el alcohol, con otros factores del estilo de vida o con alguna combinación”.
Diferentes hallazgos
¿Por qué puede ser saludable el alcohol? Se cree que su consumo moderado ayuda a elevar los niveles de colesterol HDL “bueno”, cuyas cantidades más elevadas se asocian a un menor riesgo de cardiopatías.
El alcohol también puede desalentar la formación de pequeños coágulos sanguíneos que pueden provocar infartos de miocardio y derrame cerebral.
Aun así, nuevos estudios han puesto en duda la conexión entre el alcohol y la buena salud.
Por ejemplo, un metaanálisis (es decir, un estudio basado en datos recogidos en múltiples ensayos anteriores) publicado en marzo de 2023 en JAMA Network Open concluyó que los bebedores de bajo volumen (de 1,3 a 24 gramos de alcohol al día, o menos de dos bebidas estándar) no vivían más que las personas que nunca bebían.
Los bebedores de volumen medio (de 25 a 44 gramos, unas dos o tres bebidas estándar diarias) tampoco ofrecían una protección significativa para la salud.
Rimm se apresura a frenar ésta y otras conclusiones similares basadas en datos de múltiples estudios.
“Los nuevos hallazgos no significan que todo lo anterior sea erróneo”, afirma. “El problema de estos estudios es que combinan investigaciones buenas y malas.
Así que es difícil llegar a una conclusión con información en la que el alcohol se evalúa de forma tan diferente. En muchos estudios ignoraron por completo la medición de los patrones de consumo de alcohol”.
Otro problema es que la mayoría de los estudios relacionados con el alcohol son observacionales, es decir, pueden mostrar una asociación, pero no causa-efecto.
Otros factores relacionados con la ingesta de alcohol pueden contribuir al bienestar de los bebedores.
Por ejemplo, un estudio publicado en marzo de 2022 en JAMA Network Open descubrió que los bebedores moderados tenían el menor riesgo de enfermedad cardiaca en comparación con los no bebedores, lo que sugiere que cierta ingesta de alcohol puede beneficiar la salud cardiaca.
Sin embargo, el equipo de investigación también descubrió que los bebedores leves o moderados tenían estilos de vida más saludables que los abstemios.
Eran más activos físicamente, comían más verduras y menos carne roja, y no fumaban tanto.
El vaso medio lleno
Lo que parece claro en la mayoría de las investigaciones que apoyan los beneficios del alcohol para la salud es que la cantidad es la clave. El consumo de ligero a moderado sigue siendo el mejor consejo.
Los CDC clasifican la ingesta moderada de alcohol para los hombres adultos como dos bebidas estándar o menos en los días que beben.
Una bebida estándar son aproximadamente 12 onzas de cerveza normal (5% de alcohol por volumen, o ABV), de 8 a 9 onzas de licor de malta (7% ABV), 5 onzas de vino (12% ABV), o 1,5 onzas de licores de 80 grados (40% ABV).
Por supuesto, la mayoría de la gente no bebe a diario, y algunos pueden pasar largos periodos sin beber alcohol. “Pero incluso los bebedores ocasionales pueden obtener algunos beneficios”, afirma Rimm.
¿Importa el tipo de alcohol? En realidad, no. El cuerpo reacciona al alcohol de la misma manera tanto si procede de un vino californiano como de un whisky escocés o una cerveza artesanal. “Las diferencias entre las bebidas son el porcentaje de alcohol”, dice Rimm.
La bebida que elijas puede tener efectos adversos para la salud no relacionados con el alcohol. Por ejemplo, un cóctel de gin-tonic contiene grandes cantidades de azúcar, y la mayoría de las cervezas son ricas en hidratos de carbono y calorías.
Una parte del debate sobre el alcohol en la que todo el mundo está de acuerdo es en no beber demasiado.
“Los estudios han descubierto que beber con regularidad por encima de la cantidad recomendada puede aumentar el riesgo de padecer numerosos problemas de salud, como insuficiencia hepática, hipertensión, insuficiencia cardiaca y varios tipos de cáncer“, afirma Rimm.
Además, hay que evitar beber en exceso con regularidad y las borracheras (consumir cinco o más copas en una sola ocasión).
Última llamada
¿Cuál es la conclusión? Según Rimm, si no bebe, no hay razón para empezar. Si sólo bebe ocasionalmente, no aumente su consumo por motivos de salud.
Pero para el bebedor ocasional o habitual, está bien disfrutar de una bebida alcohólica, con moderación.
Pero también debe sopesar su consumo de alcohol con su salud cardiaca general, añade Rimm. Por ejemplo, si tienes la tensión alta, quizá te convenga beber menos o abstenerte de beber y centrarte en controlar la tensión.
“Si tienes algún problema de salud, lo mejor es que hables con tu médico sobre cuál es la cantidad de alcohol adecuada para ti”, dice Rimm.