A medida que este soporte falla, uno o más de estos órganos, como el útero, la vejiga o el recto, pueden salirse de su lugar y, por lo general, empujan hacia adentro (y a veces sobresalen) de la vagina.
Existe cierto riesgo de que un esfuerzo físico intenso empeore el problema.
Esto podría incluir ejercicios que involucren saltos u otras actividades de alto impacto, como aeróbicos.
En algunos casos, levantar objetos pesados también presenta un problema.
La mejor opción para evitar agravar su condición es trabajar con su médico, un entrenador o un fisioterapeuta para elaborar un plan de entrenamiento que no ejerza presión adicional sobre los músculos del piso pélvico.
Mientras tanto, también puede hacer ejercicios, llamados Kegel, para fortalecer su suelo pélvico. Para realizar ejercicios de Kegel, apriete los músculos que usa para controlar el gas, sosténgalo brevemente y suelte.
Haz algunas series de cinco o más repeticiones a lo largo del día.
También hable con su médico sobre otras opciones para abordar el prolapso, como usar un pesario (un dispositivo insertable que sostiene sus órganos).
Y en caso de ser necesario someterse a una cirugía del piso pélvico.