Aunque los AIT suelen denominarse “miniaccidentes cerebrovasculares”, el término “derrame de advertencia” es más preciso.
Un AIT puede ser un presagio de un futuro Derrame cerebral, que presenta síntomas similares pero puede dejarle discapacitado de forma permanente.
Según una declaración científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA) publicada en el número de marzo de 2023 de la revista Stroke, casi una de cada cinco personas con sospecha de AIT sufrirá un derrame cerebral completo en un plazo de tres meses.
Y el riesgo de Derrame cerebral es mayor durante las 48 horas siguientes al AIT, afirma la Dra. Erica Camargo Faye, neuróloga especialista en accidentes cerebrovasculares del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard.
A veces, lo que parece un AIT es más grave de lo que parece. “Incluso los síntomas que desaparecen pueden ser en realidad un derrame cerebral“, dice la Dra. Camargo Faye.
Como señala el comunicado de la AHA, dos de cada cinco personas con sospecha de AIT que se someten a una prueba de imagen cerebral adecuada descubren que en realidad han sufrido un derrame cerebral.
Por eso es tan importante ser consciente de los síntomas y buscar atención de urgencia de inmediato.
Síntomas de un AIT o un derrame cerebral
Las distintas zonas del cerebro tienen tareas diferentes, por lo que los síntomas que se producen durante un AIT o un derrame dependen de la parte del cerebro en la que se interrumpe el flujo sanguíneo.
Hace una década, la American Stroke Association presentó una campaña de concienciación sobre los derrames cerebrales basada en la nemotecnia FAST.
Las tres primeras letras (que significan Cara, Brazo y Habla) cubren los síntomas más típicos que experimentan las personas.
Pero cada vez hay más pruebas de que añadir dos letras más (B de equilibrio y E de ojos) puede ayudar a reconocer mejor un AIT o un derrame cerebral real.
He aquí algunos detalles adicionales sobre cada síntoma.
Equilibrio. Este síntoma puede ser delicado, ya que muchas otras cosas pueden causar mareos o problemas de equilibrio, como un nivel bajo de azúcar en sangre o problemas del oído interno.
Los problemas de equilibrio causados por un accidente isquémico transitorio suelen dificultar la bipedestación y la caída hacia un lado, explica la Dra. Camargo Faye. Este síntoma suele ir acompañado de otros, como dificultad para hablar o problemas de visión, añade.
Ojos. Los problemas de visión pueden manifestarse de diferentes maneras, aunque la más común es no poder ver por uno o ambos ojos. A menudo, las personas describen la experiencia como ver una sombra gris oscura que bloquea la mitad o toda su visión.
También puede producirse visión borrosa o doble. “A veces, la gente acude por error primero al oftalmólogo en lugar de ir a urgencias”, dice el doctor Camargo Faye.
Cara. La cara puede caerse en uno o ambos lados durante un AIT o un derrame cerebral.
Por lo general, la comisura de la boca aparece tirada hacia abajo y la persona no es capaz de sonreír. La caída de los ojos y la frente es menos frecuente.
Debilidad en brazos o piernas. Este síntoma suele afectar más a los brazos que a las piernas y suele producirse en un solo lado.
Las personas pueden describir la sensación como entumecimiento u hormigueo más que como debilidad. A veces afecta a todo un lado del cuerpo.
Dificultad para hablar. Lo más frecuente es hablar arrastrando las palabras o de forma confusa. Pero en algunos casos, las personas tienen dificultades para encontrar palabras o no son capaces de entender lo que dicen los demás.
Este déficit también se extiende a la escritura y la mecanografía, incluidos los mensajes de texto en un teléfono inteligente. “El problema no está relacionado con la función física, sino más bien con un déficit causado por la falta de riego sanguíneo en las áreas del lenguaje del cerebro”, explica el Dr. Camargo Faye.
El tiempo es crucial
La última letra (T de tiempo) subraya la importancia de acudir a urgencias para una evaluación lo antes posible, aunque los síntomas hayan desaparecido.
Las nuevas directrices de la AHA exigen la obtención de imágenes de los vasos sanguíneos del cerebro y el cuello, junto con análisis de sangre para descartar factores que a veces simulan un AIT, como un nivel bajo de azúcar en sangre o una infección.
Las personas a las que se diagnostica un AIT deben someterse a pruebas adicionales que puedan orientar el tratamiento para prevenir futuros derrames cerebrales.