Harvard Medical School
Los anillos inteligentes -la última categoría de dispositivos para llevar puestos- pueden hacer muchas de las mismas cosas que un reloj inteligente, como controlar el ritmo cardíaco, medir el nivel de oxígeno en sangre y seguir los patrones de actividad y sueño.
Por su pequeño tamaño, los anillos son más cómodos de llevar, sobre todo mientras se duerme.
En comparación con los relojes inteligentes, los anillos inteligentes pueden ser más precisos para el seguimiento del sueño, pero menos precisos para el seguimiento de la actividad, aunque esto se basa en pruebas limitadas.
Un anillo inteligente, el Ultrahuman Ring AIR, es capaz incluso de detectar la fibrilación auricular mediante una aplicación autorizada por la FDA.
Otro anillo en fase de desarrollo podría medir con precisión la tensión arterial, según un pequeño estudio de investigadores coreanos publicado a principios de este año.
Los anillos inteligentes son resistentes al agua, por lo que es posible lavarse las manos y nadar con ellos puestos.
Al igual que los relojes inteligentes, los distintos anillos inteligentes son compatibles con determinados smartphones, y algunos requieren cuotas de suscripción. Los más populares cuestan entre 250 y 400 dólares.
Dada la escasez de estudios hasta la fecha, es difícil decir si un anillo inteligente puede beneficiar a la salud del corazón. Como señalan los expertos, la información sanitaria adicional sólo es útil cuando se integra con cambios de comportamiento efectivos.