Harvard Medical School
Tener las manos limpias no es sólo una buena higiene, sino también una forma sencilla de protegerse contra los resfriados y la gripe. Pero lavarse bien las manos no es una tarea de cinco segundos. He aquí cómo hacerlo bien.
Coge jabón. Cualquier tipo de jabón sirve. Algunos contienen ingredientes hidratantes que ayudan con la piel seca, como glicerina, ceramidas, ácido hialurónico, aceite de aguacate, manteca de karité, aceite de coco y aceite de jojoba.
Haz espuma. Utiliza agua tibia (el agua muy caliente no elimina más gérmenes). Mójate las manos y enjabónatelas durante 20 segundos. Presta atención al dorso de las manos y a las zonas entre los dedos y alrededor de las uñas. (Un cepillo de manos y uñas puede ser de gran ayuda.) Acláralas y sécalas a golpecitos con una toalla limpia.
Hidrata. A continuación, frota una cantidad del tamaño de un guisante de crema de manos espesa, ungüento o pomada en una palma y extiéndela por toda la mano. Repite la operación con la otra mano. Evite las cremas hidratantes que contengan fragancias o colorantes, ya que causan irritación.
Si tienes las manos muy secas o agrietadas, suavízalas mientras duermes; aplícate una crema hidratante espesa antes de acostarte y ponte un par de guantes de algodón.
Repítelo. Lávate las manos cuando entres en casa; después de ir al baño, estornudar o toser; antes de preparar la comida y comer; y después de tocar animales domésticos.