“Los avances tecnológicos han revolucionado lo que pueden hacer las personas con problemas de visión, sobre todo en los últimos 20 años”, afirma Alex Bowers, científica asociada del Instituto Schepens de Investigación Oftalmológica del Massachusetts Eye and Ear, afiliado a Harvard.
Está investigando nuevas formas de ayudar a las personas a aprovechar al máximo la visión que les queda.
Lo básico hoy en día
La mayoría de los teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles y de sobremesa incorporan herramientas que pueden ayudar a las personas con problemas de visión.
Estas funciones de accesibilidad pueden ampliar el tamaño del texto o del cursor, ajustar el contraste de la pantalla, ampliarla para ver de cerca cualquier cosa que aparezca en ella, convertir el habla en texto y leer información (como documentos, textos, correos electrónicos o calendarios) en voz alta.
La mayoría de los dispositivos (incluidos los altavoces inteligentes) también incorporan asistentes digitales que entienden las órdenes de voz y pueden realizar tareas por ti.
Por ejemplo, puedes decirle a un asistente digital que haga una llamada telefónica, busque información en Internet, haga un pedido en el supermercado, te indique cómo llegar, envíe un correo electrónico o un mensaje de texto, escriba información en un documento, reproduzca música, te lea un libro o maneje otros dispositivos domésticos inteligentes (como luces, termostatos, electrodomésticos o sistemas de seguridad doméstica).
Aplicaciones que ayudan
“Existen más de 100 aplicaciones diseñadas específicamente para ayudar a las personas con problemas de visión”, explica Bowers. Pueden realizar una gran variedad de tareas, como las siguientes.
Describe lo que estás viendo. Algunas aplicaciones pueden decir en voz alta lo que ve la cámara de tu smartphone. Por ejemplo, la aplicación Seeing AI puede identificar productos, personas o divisas, describir la escena que tienes delante o leer texto y escritura.
(Si no tienes un smartphone, OrCam MyEye hace lo mismo utilizando una pequeña cámara que se engancha a las gafas). Otras aplicaciones, como Be My Eyes o Aira, te conectan con una persona en directo que puede decirte en tiempo real lo que estás viendo. “Se puede utilizar en todo tipo de situaciones.
Quizá estés en una estación de tren y no sepas por dónde ir, o necesites ayuda para hacer la compra en un supermercado”, dice Bowers.
Ampliar imágenes. Los smartphones vienen con aplicaciones de lupa integradas. También se pueden descargar aplicaciones especiales, como SuperVision+ (desarrollada por Gang Luo, científico asociado de Massachusetts Eye and Ear), que amplían y estabilizan las imágenes.
“Eso es importante si te tiembla la mano pero necesitas leer las instrucciones de un medicamento o la letra pequeña de una factura”, dice Bowers.
Ayudarte a navegar. Hay aplicaciones que te ayudan a llegar a un destino, no sólo diciéndote en voz alta las indicaciones paso a paso (como hace Google Maps), sino también describiendo el terreno que te rodea, ayudándote a encontrar paradas de autobús (como hace la aplicación All Aboard de Massachusetts Eye and Ear), avisándote de la llegada de un autobús a una parada (como hace BlindSquare) o indicándote cómo llegar al interior de un edificio (como hace NavCog).
Nota: Las aplicaciones para deficientes visuales pueden ser gratuitas o no, así que asegúrate de investigar antes de instalarlas.
Algunos servicios sólo están disponibles mediante suscripción. Un ejemplo es la conexión de Aira con una persona en directo que te dice lo que estás viendo: tienes que comprar una cierta cantidad de minutos mensuales para utilizarla (a partir de 26 $ al mes).
Tecnología para llevar puesta
Algunas herramientas que te ayudan a hacer frente a los problemas de visión son ponibles: se montan en unos auriculares, en unas gafas o en un dispositivo que se acopla a las gafas.
Algunas contienen software que permite ver de lejos o de cerca, y pueden ser útiles para personas con degeneración macular, glaucoma y otras afecciones oculares.
Por ejemplo:
Telescopios montados en gafas. Amplían los objetos lejanos y se pueden utilizar para conducir (telescopio “bióptico”) o para mirar la pantalla del ordenador, la televisión o la cara de las personas. Algunos disponen de autoenfoque.
Sistemas de visualización de vídeo. Este tipo de dispositivo de baja visión (como eSight) es un auricular de aspecto futurista. Tiene una cámara de vídeo de alta definición que capta lo que ve y proyecta las imágenes en pantallas dentro de los auriculares.
Las imágenes pueden mejorarse para aumentar el contraste, aumentar la imagen o ampliar el campo de visión. Algunos aparatos también permiten ver programas de televisión en streaming o pantallas de ordenador.
El coste de estos dispositivos de alta tecnología es de miles de dólares, similar al de un par de audífonos.
El Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU. cubre algunos dispositivos para algunos veteranos, pero Medicare no. Debe comprobar si su seguro privado cubre un dispositivo concreto.
Gafas de prisma periférico
Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática a veces pierden la mitad de su campo de visión (una afección denominada hemianopía). La lente Peli, desarrollada por Bowers y Eli Peli, científico jefe del Massachusetts Eye and Ear, puede ayudar.
“La lente Peli utiliza prismas de alta potencia para desplazar la luz de un lado del ojo al otro, devolviéndole los 30° de visión perdidos”, explica Bowers.
“Ahora estamos preparando un ensayo clínico para evaluar un tipo diferente de prisma que es incluso de mayor potencia que la lente Peli, y tiene el potencial de proporcionar hasta 45° de visión perdida”.
Otras herramientas
Hay muchas otras herramientas que pueden facilitar la vida a las personas con problemas de visión. Hay aparatos domésticos como termómetros “parlantes”, básculas y calculadoras que leen los resultados de forma audible.
También son útiles los libros de letra grande, los filtros que reducen el resplandor de las pantallas e incluso las lupas de toda la vida.
Pero cuanto más avance la tecnología, más se notará en los dispositivos de baja visión. “La potencia informática aumenta cada año”, afirma Bowers.
“Los científicos intentan constantemente encontrar formas de mejorar los dispositivos de asistencia“.