Tuesday, December 3, 2024
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Los infartos se manifiestan de distintas maneras

Harvard Medical School

No se guíe por los síntomas típicos.

Cuando se menciona un infarto, mucha gente piensa en un hombre que se agarra el pecho con dolor. Pero los síntomas son a menudo sutiles, y el proceso subyacente que causa el infarto puede ser diferente.

“Los infartos de miocardio se definen como lesiones del músculo cardiaco debidas a una limitación del flujo sanguíneo, pero pueden producirse de múltiples formas”, afirma el Dr. Stephen Wiviott, cardiólogo del Brigham and Women’s Hospital, afiliado a Harvard.

“Independientemente de la causa, este daño puede provocar una reducción permanente de la función cardiaca o incluso la muerte. Por eso es tan importante que la gente reconozca los distintos signos, para saber cuándo buscar atención.”

Síntomas y causas

El malestar torácico sigue siendo el síntoma más frecuente del infarto de miocardio. Pero el malestar puede sentirse más como una leve presión, un tirón muscular o ardor de estómago que como el dolor que la gente puede esperar.

A veces predominan otros síntomas, como dolor en la mandíbula, los hombros o los brazos, náuseas con o sin vómitos, sudoración o dificultad para respirar.

Las personas que sufren un infarto suelen decir, en retrospectiva: “Me sentí fatal”. Existen dos mecanismos diferentes por los que se producen la mayoría de los infartos de miocardio.

Ambos están relacionados con un flujo sanguíneo insuficiente a una zona del corazón, la mayoría de las veces relacionado con la acumulación de placa grasa en las arterias coronarias.

Un infarto de tipo 1 se produce cuando una placa se rompe y libera sustancias químicas que desencadenan la formación de un coágulo sanguíneo.

El coágulo bloquea la arteria y corta el flujo sanguíneo a una parte del corazón.

Un infarto de tipo 2 no implica la rotura de una placa. Se produce cuando hay un desajuste entre la cantidad de sangre que necesita una parte del músculo cardiaco y el riego sanguíneo de la arteria coronaria que alimenta esa zona del corazón.

La causa de este tipo de infarto puede ser una enfermedad que sobrecargue el corazón, como la gripe o la neumonía, un ritmo cardíaco anormal que provoque una aceleración de la frecuencia cardíaca o un fuerte aumento de la tensión arterial.

Por qué importa el tipo

 

Aunque los infartos de tipo 2 puedan parecer menos ominosos, en realidad tienen peor pronóstico.

Las investigaciones han descubierto que las personas que sufren este tipo de infarto tienen más probabilidades de morir en los próximos años que las que sufren un infarto de tipo 1.

Esto no se debe necesariamente a que los infartos de tipo 2 sean más graves.

Esto no se debe necesariamente a que los infartos de tipo 2 causen más daño al corazón, sino a que suelen producirse en pacientes de edad avanzada y con otros problemas médicos además de obstrucciones en las arterias.

Estas características aumentan el riesgo de sufrir un segundo infarto, insuficiencia cardiaca y derrame cerebral.

En comparación, las personas con infarto de tipo 1 tienen más probabilidades de recibir terapias de eficacia probada (como el cateterismo cardiaco inmediato para abrir la obstrucción con angioplastia o un stent) y de empezar a tomar medicamentos para prevenir otro infarto (como los inhibidores de coágulos sanguíneos y las estatinas en dosis altas).

También tienen menos probabilidades que las personas con ataques de tipo 2 de padecer otras enfermedades.

Reconocer y reaccionar

La conclusión es que hay que ser consciente de los signos de un infarto para poder llamar inmediatamente al 911 “Esté siempre atento a los posibles síntomas cardíacos.

Busque atención inmediata si son graves o persistentes, y póngase en contacto con su médico si no está seguro”, dice el Dr. Wiviott.

“Tu cuerpo te está enviando una advertencia, así que no lo ignores”.

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