Thursday, February 6, 2025
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Información sobre la frecuencia cardíaca baja

Harvard Medical School

Conocido como bradicardia, este trastorno del ritmo cardiaco puede causar fatiga, mareos y desmayos.

El latido constante del corazón depende de un pequeño grupo de células situado en la cavidad superior derecha del corazón. Estas células, conocidas como nódulo sinoauricular o nódulo sinusal, generan una pequeña descarga de electricidad que hace que el corazón se contraiga y bombee sangre a todo el cuerpo.

Dado que el nódulo sinusal marca la frecuencia y el ritmo cardíacos, suele denominarse marcapasos natural del organismo. Pero varios “generadores de reserva” situados en otras partes del corazón pueden mantener en funcionamiento este sistema vital.

La frecuencia cardiaca normal oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto (ppm), aunque puede descender hasta 40 durante el sueño profundo.

Una frecuencia cardiaca inferior a 60 lpm durante el día se considera una frecuencia cardiaca baja, o lo que los médicos denominan bradicardia.

Si su frecuencia cardiaca es baja y no presenta ningún síntoma, no hay motivo para preocuparse. Pero si tiene síntomas -como mareo, aturdimiento, fatiga, falta de aire, confusión o desmayo-, acuda inmediatamente al médico. A continuación te explicamos las posibles causas de la bradicardia y cómo se diagnostica y trata.

El sistema de conducción eléctrica del corazón

El nódulo sinoauricular (SA) emite pequeños impulsos eléctricos que indican a las aurículas que se contraigan, llenando de sangre los ventrículos.

El nódulo auriculoventricular (AV), situado entre la aurícula derecha y los ventrículos, conduce la señal eléctrica de las aurículas a los ventrículos. Los ventrículos se contraen y bombean sangre a la circulación.

Si el nódulo SA falla, puede producirse una frecuencia cardíaca baja (bradicardia). Cuando esto ocurre, el nódulo AV toma el control y mantiene una frecuencia cardiaca de entre 50 y 60 latidos por minuto.

Si las señales eléctricas que pasan por esta zona se ralentizan o bloquean, se habla de bloqueo AV o bloqueo cardíaco.

En la vía de conducción siguen las ramas izquierda y derecha del haz, que son las señales finales que indican a los ventrículos que se contraigan. Si fallan todos esos refuerzos, el músculo cardiaco puede seguir contrayéndose, pero sólo entre 20 y 40 latidos por minuto, demasiado despacio para suministrar suficiente sangre al cerebro.

¿Cuál es la causa de una frecuencia cardiaca baja?

“La causa más común de bradicardia son los cambios degenerativos relacionados con la edad en el sistema de conducción del corazón”, dice el Dr. Matthew Yuyun, cardiólogo del Hospital Brigham and Women’s, afiliado a Harvard.

Al igual que la piel, las articulaciones y otras partes del cuerpo muestran signos de desgaste con la edad, lo mismo ocurre con las estructuras internas del corazón. Por eso la bradicardia que requiere tratamiento es más frecuente en los adultos mayores, normalmente a partir de los 70 años.

Otros problemas relacionados con el corazón pueden hacer que las personas sean más propensas a la bradicardia. Por ejemplo, un infarto previo, una insuficiencia cardiaca, una intervención cardiaca (como un bypass o una sustitución valvular) o una inflamación cardiaca causada por una infección, explica el Dr. Yuyun.

Un ejemplo es la enfermedad de Lyme, una infección transmitida por garrapatas frecuente en Nueva Inglaterra que, si no se trata, puede infiltrarse en el tejido cardiaco e interferir en las señales eléctricas.

Otros problemas que pueden causar bradicardia son:

  • pausas respiratorias repetidas durante el sueño (apnea obstructiva del sueño)
  • función tiroidea baja (hipotiroidismo)
  • un desequilibrio de minerales en la sangre, como el potasio o el calcio
  • determinados medicamentos, como fármacos para la tensión arterial (especialmente betabloqueantes), sedantes y opiáceos
  • enfermedades como el lupus, la artritis reumatoide, la sarcoidosis y la hemocromatosis.

Sin embargo, en deportistas y personas muy activas físicamente, una frecuencia cardiaca baja, incluso de hasta 45 lpm, es perfectamente normal. “El ejercicio regular fortalece el corazón y lo hace más eficaz”, afirma el Dr. Yuyun. Como cada latido lleva más sangre al organismo, el corazón no necesita latir tan deprisa, añade.

Diagnóstico y tratamiento

Dado que los episodios de bradicardia pueden aparecer y desaparecer, es posible que una breve medición de la actividad eléctrica del corazón (un electrocardiograma) no detecte el problema. Por ello, a menudo es necesario llevar un monitor cardiaco portátil que registre la frecuencia y el ritmo cardiacos durante al menos un día y a veces varias semanas.

El tratamiento depende de la causa y la gravedad.

A veces resulta útil tratar la enfermedad subyacente o ajustar la medicación. En otros casos se necesita un marcapasos, un pequeño dispositivo alimentado por pilas que envía impulsos eléctricos al corazón a través de cables.

Los daños irreversibles en el sistema eléctrico del corazón requieren un marcapasos permanente.

Estos dispositivos, que se colocan durante una intervención quirúrgica menor, están programados para estimular el corazón según sea necesario para que siga latiendo con normalidad.

La mayoría se implantan bajo la piel en la parte superior del pecho, pero algunas personas reciben un diminuto dispositivo inalámbrico del tamaño de una pastilla de vitaminas que se inserta en el lado derecho del corazón.

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