Aunque esto puede ser cierto para algunas actividades, como arrodillarse o ponerse en cuclillas, no significa que tenga que dejar de hacer ejercicio para proteger la rodilla.
De hecho, hacer ejercicio es una forma importante de mantener la flexibilidad de la articulación. Sólo tendrás que hacer ejercicio de forma un poco diferente mientras la artritis de rodilla esté actuando.
Hemos consultado a Christopher Morin, fisioterapeuta del Hospital de Rehabilitación Spaulding, afiliado a Harvard.
Pregunta. ¿Cuáles son los riesgos de hacer ejercicio cuando se agrava la artritis de rodilla?
Respuesta: El riesgo más importante es provocar una mayor irritación de la articulación. La artrosis es un proceso degenerativo largo y lento que se produce cuando el cartílago o la amortiguación entre los huesos de la rodilla se desgasta.
Las actividades que irritan la articulación no deberían empeorar este cambio degenerativo ni causar daños estructurales, pero podrían provocar mayores molestias y una disminución de la función.
Pregunta. ¿Qué tipo de actividades pueden irritar la rodilla?
Respuesta: Debe intentar reducir la presión y la fricción sobre la rodilla. La presión provendría de actividades como correr, jugar al tenis, al baloncesto o caminar largas distancias.
La fricción vendría de actividades como flexionar profundamente la rodilla o hacer estocadas que le obliguen a doblar y mantener una posición de la rodilla durante un período prolongado. Estas actividades pueden empeorar los síntomas de la artritis de rodilla, por lo que debes evitarlas para que la articulación se calme.
Pregunta. ¿Qué tipo de actividades son seguras cuando le molesta la artritis?
Respuesta: Depende de sus síntomas, de su gravedad y de su estado físico general. A veces basta con disminuir el esfuerzo físico de una actividad para adaptar un ejercicio a un brote. Por ejemplo, puede jugar al pickleball en lugar de al tenis, o caminar a paso ligero en lugar de salir a correr.
Pero en general nos gusta fomentar actividades que alivien la presión y la fricción sobre la rodilla, como montar en bicicleta estática, utilizar una máquina elíptica, practicar yoga, nadar, caminar distancias sin dolor en terreno llano o realizar ejercicios de fortalecimiento de la parte superior del cuerpo o del tronco.
El fortalecimiento de la parte inferior del cuerpo también puede ser muy útil. Por ejemplo, unos músculos de la pierna más fuertes ayudan a aliviar el dolor de rodilla, ya que absorben parte de la presión que se ejerce sobre las rodillas.
Pero, una vez más, evite los ejercicios que puedan irritar la rodilla. Una regla general es que el ejercicio no debe aumentar el dolor ni la inflamación durante o después de la actividad.
Pregunta. ¿Hay algo que deba hacer antes de un entrenamiento cuando tenga un brote de artritis de rodilla?
Respuesta: Algunas personas toman antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno (Advil, Motrin) antes de una actividad.
Sin embargo, el uso regular de estos medicamentos se asocia a úlceras de estómago, hemorragias internas y un mayor riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o insuficiencia renal.
En su lugar, es más seguro calentar antes de la actividad. Afloja la articulación de la rodilla y los músculos que actúan sobre ella. Una almohadilla térmica o una ducha caliente pueden ser un buen comienzo.
Pasar 10 minutos en una bicicleta estática también es estupendo. Si tu rodilla sigue estando cómoda después del calentamiento, deberías estar en buena forma para entrenar.
Pregunta. ¿Qué hay que hacer después de un entrenamiento cuando la artritis de rodilla se agudiza?
Respuesta: Intenta ponerte hielo en la rodilla después de entrenar para reducir la inflamación.
Pero si se da cuenta constantemente de que necesita seguir aplicándose hielo en la rodilla para poder seguir funcionando durante el resto del día, considere la posibilidad de tomarse un tiempo sin hacer ejercicio o de reducir su rutina.
Eso podría significar cambiar el tipo de ejercicio que haces o reducir la cantidad de tiempo que pasas haciendo ejercicio por sesión. Puede ser útil hacer varios entrenamientos de 10 minutos cada día en lugar de una rutina de 30 o 60 minutos.
Escucha a tu cuerpo. Déjese guiar por el dolor. Pero evite largos periodos de inactividad. Mantente tan activo como puedas.