Los investigadores estudiaron a casi 2.000 personas sanas (con una media de edad de 62 años) del Estudio del Corazón de Framingham que completaron cuestionarios sobre alimentos y se sometieron a una resonancia magnética cerebral.
Los datos de los cuestionarios se recogieron a lo largo de 10 años y se utilizaron para calcular las puntuaciones del Índice de Inflamación Dietética (IID) de los participantes.
El DII califica los hábitos alimentarios de una persona basándose en una larga lista de sustancias y tipos de alimentos. Una puntuación más baja del DII sugiere una dieta más antiinflamatoria, mientras que una puntuación más alta indica una dieta proinflamatoria.
Las dietas clasificadas como proinflamatorias suelen incluir mayores cantidades de azúcares simples, colesterol, grasas saturadas y alimentos fritos.
En comparación con las personas que tenían puntuaciones bajas de DII, las que tenían puntuaciones altas de DII tenían cerebros más pequeños y menos materia gris, que son marcadores tempranos de demencia.
Los hombres con altas puntuaciones de DII también eran más propensos a mostrar evidencia de accidentes cerebrovasculares de vasos pequeños, que a menudo no causan síntomas inmediatamente reconocibles.
El estudio sólo mostró una asociación, pero los resultados apoyan el consejo actual de que lo que se come y la cantidad puede afectar a la salud del cerebro a medida que se envejece.