Los investigadores analizaron a más de 62.000 personas diagnosticadas de gota, el 70% de las cuales eran hombres (con una edad media de 77 años).
Descubrieron que unos 10.000 pacientes habían sufrido accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos en los cuatro meses siguientes a un brote.
El riesgo era mayor durante los primeros 60 días y luego disminuía gradualmente.
Los resultados sólo mostraban una asociación, pero otras investigaciones han relacionado los niveles altos de ácido úrico con una mayor incidencia de hipertensión y diabetes, dos de los principales factores que contribuyen a los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.
Aunque la reducción de los niveles de ácido úrico no disminuye directamente el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral, un ataque de gota ofrece la oportunidad de tomar medidas para prevenir estos acontecimientos, así como futuros brotes de gota.
Esto significa hacer los cambios necesarios en la dieta y la medicina para controlar la gota y asegurar que la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre estén en niveles saludables.