¿El problema? No hay pruebas sólidas de que alguno de ellos funcione.
“El problema principal con todos los suplementos de venta libre es la falta de regulación”, dice el Dr. Gad Marshall, director médico asociado del Centro de Investigación y Tratamiento de Alzheimer del Hospital Brigham and Women’s, afiliado a Harvard.
“La FDA no supervisa las pruebas de productos ni la precisión de los ingredientes; solo busca suplementos que hagan declaraciones de propiedades saludables relacionadas con el tratamiento de enfermedades específicas”.
En términos de salud cerebral, esto significa que un fabricante de suplementos puede afirmar que un producto ayuda con el estado de alerta mental o la pérdida de memoria, pero no que protege o mejora la demencia o la enfermedad de Alzheimer.
“De esta manera, los fabricantes no tienen que respaldar ninguna afirmación de que su producto sea eficaz o incluso seguro”, dice el Dr. Marshall.
Una combinación de nutrientes
Muchos suplementos para el cerebro se enfocan en ácidos grasos omega-3 (como los que se encuentran en el aceite de pescado), vitamina E, varias vitaminas B o varias combinaciones. ¿Por qué estos?
Existe una fuerte evidencia de que ciertas dietas, como la dieta mediterránea, la dieta DASH y la dieta MIND, pueden ayudar a mejorar la función cognitiva, según el Dr. Marshall.
“Estas dietas contienen alimentos con grandes cantidades de estas vitaminas y minerales”, dice.
“Pero lo que no está claro es si es la combinación de nutrientes en estas dietas lo que es beneficioso, o si son específicos o incluso ciertas cantidades, o algunos otros factores”.
Los investigadores han intentado responder a estas preguntas probando cómo estos nutrientes individuales afectan la salud cognitiva.
Hasta ahora, los estudios limitados no han encontrado evidencia de que ayuden, con algunas raras excepciones.
“Aún así, esto no significa que los suplementos para el cerebro no funcionen”, dice el Dr. Marshall.
“Es solo que no hay mucha evidencia, si es que hay alguna, de ensayos clínicos aleatorios, el estándar de oro para la investigación, sobre vitaminas o minerales aislados y la salud del cerebro”.
Aquí hay un resumen de lo que la ciencia ha descubierto hasta ahora y lo que significa.
Ácidos grasos omega-3 (aceite de pescado)
Hay tres tipos de omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentran principalmente en pescados grasos como el salmón y la caballa, y el ácido alfa-linolénico (ALA), que se encuentra en las verduras de hoja verde ( Coles de Bruselas, espinacas), aceites vegetales (canola, soja) y nueces y semillas (nueces, linaza).
“El cuerpo convierte ALA en EPA o DHA, pero solo en pequeñas cantidades, por lo que la mejor manera de obtener altas cantidades de EPA y DHA es comiendo más pescado”, dice el Dr. Marshall.
Los omega-3 ayudan a construir membranas celulares en el cerebro y también pueden tener efectos antiinflamatorios y antioxidantes que podrían proteger las células cerebrales.
El pescado es un alimento básico en las dietas mediterráneas y MIND, entre otras, y los estudios han encontrado una asociación entre una mayor ingesta de pescado y un menor riesgo de deterioro cognitivo.
Sin embargo, los suplementos de omega-3 no han mostrado el mismo efecto. “Cualquier beneficio parece provenir de una mayor ingesta de pescado y no de tomar suplementos de aceite de pescado”, dice el Dr. Marshall.
Vitamina E 
La vitamina E es un antioxidante y se cree que ayuda a la salud del cerebro al reducir el estrés oxidativo. Es el único suplemento que se ha encontrado que tiene algún posible beneficio.
Un estudio de 2014 en la revista Nutrients revisó la investigación existente sobre la vitamina E y varios problemas de salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores encontraron que la vitamina E en dosis altas puede ayudar a las personas con demencia leve a moderada de Alzheimer a continuar realizando funciones de la vida diaria durante un período corto de tiempo.
Sin embargo, la vitamina E no previene la enfermedad ni reduce otros síntomas, y las dosis altas aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico.
Vitaminas B
Tres vitaminas B a menudo están relacionadas con la salud del cerebro: B6, B9 (ácido fólico) y B12. Pueden ayudar a descomponer la homocisteína, cuyos niveles altos se han asociado con un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer.
Las vitaminas B también ayudan a producir la energía necesaria para desarrollar nuevas células cerebrales.
Sin embargo, la mayoría de las personas obtienen suficientes vitaminas B a través de su dieta.
“Es posible que necesite vitaminas B adicionales a través de suplementos si tiene una deficiencia o tiene problemas para obtener las suficientes a través de su dieta, pero por lo demás no tienen ningún beneficio claro para la salud del cerebro”, dice el Dr. Marshall.
Lo que dicen las hojas sobre el ginkgo biloba 
Las hojas en forma de abanico del árbol de ginkgo se utilizan en la medicina tradicional china para tratar todo tipo de dolencias.
En los Estados Unidos, el extracto de las hojas se vende como un suplemento comúnmente llamado ginkgo biloba.
Uno de sus principales puntos de venta es como potenciador de la memoria. Sin embargo, al igual que con otros suplementos para la salud del cerebro, la ciencia no respalda las afirmaciones.
Uno de los ensayos clínicos más grandes que exploró el posible vínculo fue el estudio Ginkgo Evaluation of Memory (GEM). Los investigadores reclutaron a más de 3.000 adultos mayores, con una edad promedio de 79 años, el 54% de los cuales eran hombres, con función cognitiva normal o deterioro cognitivo leve.
Todos recibieron 120 miligramos de ginkgo o un placebo dos veces al día durante casi seis años. (Esta cantidad se eligió en base a investigaciones anteriores). Los resultados encontraron que el ginkgo biloba no redujo la tasa general de desarrollo de demencia.
“La mayoría de los suplementos no se prueban rigurosamente en ensayos clínicos”, dice el Dr. Gad Marshall, director médico asociado del Centro para la Investigación y el Tratamiento del Alzheimer del Hospital Brigham and Women’s. “Sin embargo, el ginkgo ha sido probado minuciosamente por su potencial para prevenir la demencia, y existe una fuerte evidencia de que no previene el deterioro de la memoria o la demencia y, por lo tanto, no debe tomarse con ese propósito”.
Pensando en suplementos
Entonces, la pregunta sigue siendo: sin evidencia, ¿por qué las personas todavía compran los suplementos para la salud del cerebro?
“Todavía existe la idea de que es más fácil tomar una pastilla que hacer cambios duraderos en el estilo de vida”, dice el Dr. Marshall. Hasta que se sepa más, el consejo del Dr. Marshall es ahorrar dinero.
“Invierta más en hacer ejercicio aeróbico y seguir una dieta basada en plantas. Estos pueden ayudar con la memoria y la salud del cerebro a largo plazo más que cualquier suplemento”.
