Harvard Medical School
La terapia con dosis bajas de aspirina solía considerarse una forma sencilla de ayudar a prevenir un primer ataque cardíaco o accidente cerebrovascular en personas con bajo riesgo de esos eventos.
Eso cambió en 2019, cuando la evidencia sobre los beneficios limitados de la aspirina y el aumento de los riesgos de hemorragia en adultos de bajo riesgo impulsaron nuevas recomendaciones en contra de dicha terapia. Pero muchas personas no han recibido el mensaje, según una carta de investigación publicada en línea el 24 de junio de 2024 por Annals of Internal Medicine.
Los investigadores analizaron los datos de las encuestas nacionales de salud de 186.000 personas de 40 años o más, recogidos entre 2012 y 2019 y de nuevo en 2021. Si bien el uso de aspirina disminuyó después de 2019, casi un tercio de los adultos sanos de 60 años o más informaron que todavía tomaban aspirina en 2021, y aproximadamente 1 de cada 20 la usaban sin consejo médico.
Si está tomando una aspirina diaria de dosis baja -81 miligramos (mg)- pero tiene un riesgo bajo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o riesgos de hemorragia (por ejemplo, por una úlcera péptica), hable con su médico lo antes posible sobre si debe seguir tomándola.
El tratamiento con aspirina sigue siendo un pilar para las personas con alto riesgo de sufrir un infarto de miocardio.