Harvard Medical School
Romper con la soledad para crear vínculos y aumentar el bienestar.
La soledad es complicada. Uno puede sentirse solo cuando carece de amigos y echa de menos la compañía, o cuando está rodeado de gente, incluso de amigos y familiares.
En cualquier caso, la soledad puede tener efectos devastadores para la salud. Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades coronarias, derrames cerebrales, depresión, hipertensión, deterioro de la capacidad de pensar, incapacidad para realizar las tareas de la vida diaria e incluso una muerte prematura.
¿El remedio? A continuación le ofrecemos tres formas de aliviar la soledad y añadir felicidad ayudándole a ampliar su red social.
Dar los primeros pasos
No toda la soledad puede resolverse buscando gente. La soledad que se produce a pesar de las relaciones puede requerir terapia de conversación y un viaje que mire hacia dentro.
Reducir la soledad causada por la falta de relaciones es más un viaje hacia el exterior para hacer nuevos amigos.
“Es un reto a medida que nos hacemos mayores, porque la gente suele estar establecida en sus grupos sociales y no están tan disponibles como podrían haberlo estado en otra fase de la vida.
Así que hay que ser más emprendedor y esforzarse más que antes para hacer amigos”, dice la doctora Jacqueline Olds, psiquiatra del Hospital McLean, afiliado a Harvard, y coautora de dos libros sobre la soledad.
Probar estas estrategias puede ayudar.
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Busca almas afines
Estar rodeado de gente que comparte tus intereses te da ventaja a la hora de hacer amigos: ya tenéis algo en común.
Empieza por considerar tus intereses. ¿Es usted un lector voraz, un amante de la historia, un aficionado al cine, un jardinero, un amante de la comida, un padre de cachorros o un atleta? ¿Le apasiona una causa, su comunidad o su patrimonio? ¿Colecciona objetos? ¿Le gustan los coches clásicos? ¿Le gusta arreglar muebles viejos?
Quizá quieras aprender algo nuevo, como a cocinar comida china o a hablar otro idioma. Busca grupos en Internet, clubes presenciales, oportunidades de voluntariado o clases que se ajusten a tus intereses o a lo que te gustaría probar.
Una vez que te unas a un grupo, tendrás que participar en él con regularidad para estrechar lazos. Si puedes reunirte en persona, aún mejor.
“La parte de nuestro cerebro implicada en la conexión social es estimulada por los cinco sentidos. Cuando estás con alguien en la misma habitación, recibes un conjunto de estímulos mucho más fuerte que viéndolo en una pantalla electrónica“, dice el Dr. Olds.
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Crear oportunidades
Si no te atrae la idea de unirte a un grupo ajeno, crea el tuyo propio. Organiza reuniones en tu casa o en otro lugar. “Basta con tres personas. Puedes decir: ‘Vamos a leer libros, a hablar de un programa de televisión o a cenar en grupo con regularidad'”, dice el Dr. Olds.
Otras ideas para reuniones -semanales o mensuales- incluyen:
– noches de juegos
– noches de trivialidades
– excursiones a parques interesantes
– paseos por la playa
– expediciones de observación de aves
– correr o montar en bicicleta
– meditación
– visitas a museos
– cocinar
– tejer, coser o hacer manualidades
– ir de compras
– excursiones de un día a ciudades cercanas
– fabricación de joyas
– exposición de coleccionistas (cómics, muñecas antiguas, cromos de béisbol).
Las personas a las que invites no tienen por qué ser amigos íntimos; pueden ser personas a las que te gustaría conocer mejor, tal vez vecinos o conocidos del trabajo.
Si están interesados en reunirse con regularidad, fija fechas y horas. De lo contrario, la idea puede quedarse en agua de borrajas. “No seas tímido. Di: ‘Saquemos nuestros calendarios y programemos esto'”, dice el Dr. Olds.
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Repasa tus habilidades sociales
A veces estamos oxidados en las gracias sociales superficiales que ayudan a construir conexiones más profundas. “Hay una gran diferencia cuando puedes mostrarte entusiasta en lugar de quedarte sentado esperando que alguien se dé cuenta de lo interesante que eres”, dice el Dr. Olds.
Consejos para practicar:
- Sonríe más. Sonreír da la bienvenida, invita y es hospitalario con los demás.
- Sea atractivo. Prepare algunos temas de conversación o preguntas, quizá sobre las noticias o el motivo de la reunión (si se trata de un seminario, por ejemplo, pregunte cuánto tiempo lleva alguien interesado en el tema). O busca un tema para iniciar la conversación. “Puede que la persona lleve un bonito broche. Pregúntale si hay alguna historia detrás”, sugiere el Dr. Olds.
- Escuche bien. “Escucha de forma que la persona se dé cuenta de que le estás prestando atención. Mantén la mirada, asiente con la cabeza o di ‘Mm hmm’ mientras hablan para darles tu opinión”. Asume que todo el mundo está deseando recibir tus comentarios”, afirma el Dr. Olds.
- Haz preguntas de seguimiento. No ignores las señales de que alguien tiene historias interesantes que contar. “Si aluden a algo, tu trabajo es mirar fascinado y preguntar si pueden contarte más. Están dejando caer migajas en el camino hacia un intercambio más profundo”, señala el Dr. Olds.
Incluso las charlas que no conducen a la amistad pueden ser enriquecedoras.
Un estudio de 2022 descubrió que las personas que tenían las carteras más diversas de interacciones sociales –intercambios con desconocidos, conocidos, amigos o familiares- eran mucho más felices que las que tenían las carteras sociales menos diversas.
En última instancia, una amplia variedad de interacciones contribuye al bienestar, ya sea hablando con la cajera del supermercado, con un vecino, con un viejo amigo o con uno nuevo. Y todas estas conexiones combinadas pueden contribuir en gran medida a que te sientas menos solo.