La presencia de divertículos se conoce como diverticulosis. Cuando una o más de las bolsas se inflaman, y en algunos casos se infectan, esa afección se conoce como diverticulitis.
La diverticulitis puede causar dolor abdominal intenso, fiebre, náuseas y un cambio marcado en tus hábitos intestinales.
La diverticulitis leve se puede tratar con reposo, cambios en la alimentación y antibióticos. La diverticulitis grave o recurrente puede requerir cirugía.
Síntomas:
Entre los signos y síntomas de la diverticulitis se incluyen los siguientes:
- Dolor, que puede ser constante y persistente durante varios días. El dolor se suele sentir en la parte inferior izquierda del abdomen. Sin embargo, a veces, el dolor puede ser más intenso en la parte inferior derecha del abdomen, en especial en personas de ascendencia asiática.
- Náuseas y vómitos.
- Sensibilidad abdominal.
- Estreñimiento o, con menos frecuencia, diarrea.
Cuándo debes consultar a un medico:
Busca atención médica siempre que tengas un dolor abdominal constante e inexplicable, especialmente si también tienes fiebre y estreñimiento o diarrea.
Causas:
Los divertículos se suelen desarrollar cuando lugares naturalmente débiles en tu colon ceden bajo presión. Esto hace que bolsas del tamaño de una canica sobresalgan a través de la pared del colon.
La diverticulitis se produce cuando se desgarran los divertículos, lo que provoca inflamación y, en algunos casos, infección.
Factores de riesgo:
Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir diverticulitis:
- La incidencia de la diverticulitis aumenta con la edad.
- Tener un gran sobrepeso aumenta tus posibilidades de desarrollar diverticulitis.
- Tabaquismo. Las personas que fuman cigarrillos son más propensas a experimentar diverticulitis que quienes no fuman.
- Falta de ejercicio. El ejercicio intenso parece reducir tu riesgo de diverticulitis.
- Dieta alta en grasa animal y baja en fibra. Una dieta baja en fibra en combinación con un alto consumo de grasa animal parece aumentar el riesgo, aunque el papel de la baja fibra por sí sola no está claro.
- Ciertos medicamentos. Varios medicamentos están asociados con un mayor riesgo de diverticulitis, entre ellos los esteroides, los opiáceos y los antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el naproxeno sódico (Aleve).
Complicaciones:
Alrededor del 25 % de las personas con diverticulitis aguda desarrollan complicaciones, que pueden incluir:
- Un absceso, que se produce cuando se acumula pus en las bolsas.
- Una obstrucción en el intestino causada por tejido cicatricial.
- Un conducto anómalo (fístula) entre las secciones de los intestinos, o entre los intestinos y otros órganos.
- Peritonitis, que puede producirse si una bolsa infectada o inflamada se rompe y derrama contenidos intestinales en la cavidad abdominal. La peritonitis es una emergencia médica que requiere atención inmediata.
Prevención:
Para prevenir la diverticulitis, sigue estos consejos:
- Haz ejercicio con regularidad. El ejercicio favorece el funcionamiento normal del intestino y reduce la presión dentro del colon. Trata de ejercitarte al menos 30 minutos la mayoría de los días.
- Come más fibra. Una alimentación con alto contenido de fibra disminuye el riesgo de diverticulitis. Los alimentos con alto contenido de fibras, como las frutas y las verduras frescas, y los granos integrales, ablandan los desechos y ayudan a acelerar el movimiento a través del colon. Comer semillas y nueces no está asociado con el desarrollo de diverticulitis.
- Bebe mucho líquido. La fibra actúa absorbiendo el agua y así aumenta la cantidad de materia fecal suave y abultada en el colon. Sin embargo, si no tomas demasiado líquido para reemplazar lo que se absorbe, la fibra puede producir estreñimiento.
- Evita fumar. Fumar está asociado con un mayor riesgo de padecer diverticulitis.