Los investigadores examinaron a 5.570 adultos (con una edad media de 75 años) que formaban parte del estudio en curso Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC).
La función física de los participantes se clasificó como baja, intermedia o alta, en función de varias pruebas, como la velocidad de la marcha, la velocidad de levantarse de una silla sin usar las manos y el equilibrio de pie.
A lo largo de un periodo de seguimiento de una media de siete años, los investigadores hicieron un seguimiento de quiénes sufrieron un ataque al corazón, un ictus o una insuficiencia cardíaca, ajustando los factores de riesgo como la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes.
En comparación con los adultos con puntuaciones altas de función física, los que tenían puntuaciones bajas eran un 47% más propensos a sufrir al menos uno de estos eventos cardiovasculares. Aquellos con puntuaciones intermedias tenían un 25% más de probabilidades.
Aunque el estudio sólo reveló una asociación, añade más evidencia a la importancia de mantener una función física alta a medida que se envejece.
Los resultados aparecieron el 6 de septiembre de 2022 en la revista Journal of the American Heart Association.