Harvard Medical School
Pregunta ¿Es cierto que por fin existe un análisis de sangre fiable para detectar la enfermedad de Alzheimer?
Respuesta. Sí, pero no el análisis de sangre que más necesitamos. Me explico. Lo que por fin está aquí es un análisis de sangre para ayudar a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer en personas que ya tienen dificultades cognitivas importantes.
Alrededor de un tercio de los casos de demencia en Estados Unidos tienen otra causa, por lo que necesitamos distinguir la enfermedad de Alzheimer de las otras causas.
Un alentador estudio publicado en julio de 2024 en la revista JAMA descubrió que un simple análisis de sangre que detectaba niveles elevados en sangre de proteínas que caracterizan la enfermedad de Alzheimer era bastante preciso para diagnosticar la afección. Armados con los resultados del análisis de sangre, los médicos fueron más precisos en sus diagnósticos.
Es un avance real, pero no es la prueba que más necesitamos. La enfermedad de Alzheimer tarda décadas en desarrollarse. Durante ese tiempo es silenciosa, no produce síntomas cognitivos. Los científicos intentan desarrollar análisis de sangre para detectar con precisión la enfermedad en desarrollo mucho antes de que afecte al pensamiento, pero esas pruebas aún no están aquí.
El Santo Grial es una combinación de dos cosas: un análisis de sangre que identifique con precisión a las personas que se encuentran en las primeras fases de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y un tratamiento que, administrado a esas personas, detenga la enfermedad en seco, mucho antes de que afecte al pensamiento.
Aún no lo hemos conseguido. Muchos científicos creen que iniciar el tratamiento en las fases tempranas y silenciosas podría evitar que la enfermedad llegue a afectar a la capacidad de pensar de una persona. Pero eso aún está por demostrarse.
En los últimos 30 años, hemos desarrollado formas de detectar la enfermedad durante sus silenciosas fases iniciales. Los escáneres cerebrales pueden detectar la acumulación de proteínas relacionadas con el Alzheimer, pero son muy caros, algunos implican exponer a la persona a radiaciones y pueden asustar a quienes padecen claustrofobia (miedo a estar en espacios cerrados).
También podemos medir las proteínas relacionadas con el Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo, un líquido transparente que circula por el cerebro y la médula espinal.
Pero esto requiere una punción lumbar, que puede ser una experiencia incómoda.
Esto puede parecer desalentador, pero no debería serlo. Yo tengo una visión a largo plazo. Cuando estudiaba medicina, apenas sabíamos qué causaba la enfermedad de Alzheimer.
No había forma de diagnosticar la enfermedad salvo haciendo una autopsia: eso es demasiado tarde. Y no teníamos buenos tratamientos. En otras palabras, no estábamos en ninguna parte con esta terrible enfermedad.
Hoy hemos identificado varias causas (aunque apuesto a que vendrán más descubrimientos), disponemos de un sencillo análisis de sangre para el diagnóstico y tenemos tratamientos que son algo eficaces. ¿Cuándo alcanzaremos el Santo Grial? Es difícil de predecir, pero los avances de los últimos 20 años me hacen ser prudentemente optimista.