Harvard Medical School
Un estudio observacional de 2024 pone de relieve por qué los traumatólogos prescriben con más frecuencia aspirina a dosis bajas en lugar de un fármaco anticoagulante para prevenir los coágulos sanguíneos tras una artroplastia total de rodilla.
Los coágulos sanguíneos pueden ser una complicación grave de la cirugía ortopédica. Sin tratamiento preventivo, los coágulos pueden formarse en una pierna, desprenderse y desplazarse a los pulmones, causando una obstrucción potencialmente mortal denominada embolia pulmonar (EP).
En este estudio, los investigadores incluyeron a 94.000 personas que se sometieron a una artroplastia total de rodilla durante un periodo de 10 años y recibieron aspirina en dosis bajas, un anticoagulante (warfarina, un anticoagulante oral directo o heparina de bajo peso molecular) o ambos tipos de medicación.
Descubrieron que entre las personas que sólo tomaban aspirina en dosis bajas, había un número significativamente menor de casos de coágulos sanguíneos y EP en los 90 días posteriores a la intervención quirúrgica y menos probabilidades de sufrir una complicación hemorrágica (un riesgo de ambos métodos de prevención de coágulos sanguíneos), en comparación con los pacientes que tomaban anticoagulantes.
El estudio se publicó el 17 de julio de 2024 en The Journal of Bone and Joint Surgery.