Harvard Medical School
¿Te sientes rígido y dolorido cuando te levantas por la mañana o después de una sesión maratoniana? Prueba la siguiente rutina A-B-C. Estos tres movimientos se centran en las principales zonas propensas a la rigidez muscular: hombros, espalda y piernas.
A: Barridos de brazos.
Ponte de pie con los pies juntos. Al inspirar, levanta los brazos hacia los lados y hacia el techo. Al exhalar, derrame los brazos hacia los lados. Repítelo de 5 a 10 veces.
B: Flexión de la espalda.
Colóquese de pie con los pies ligeramente separados. Coloque las manos en la parte baja de la espalda, con las puntas de los dedos hacia abajo. Al inhalar, gire los hombros hacia atrás y levante suavemente el pecho hacia el techo, arqueando la espalda tanto como le resulte cómodo. Mire al techo. (Procure no hiperextender el cuello.) Mantenga la postura de tres a cinco respiraciones. Suelte el aire al espirar. Haz de tres a cinco repeticiones.
C: Postura de la silla.
Colócate de pie con los pies separados a la altura de los hombros y los brazos a los lados. Levanta los brazos por encima de la cabeza. Al exhalar, doble las caderas y las rodillas y baje a una posición de semisentadilla (o tan baja como le resulte cómodo), manteniendo la espalda recta. Aguanta unos segundos y luego vuelve a ponerte de pie mientras bajas los brazos a los lados.
Esto completa una repetición. Repite el movimiento de 5 a 10 veces. Para mantener el equilibrio, levanta los brazos sólo hasta la altura del pecho o mantén las manos sobre los muslos.