RESPUESTA. La costocondritis es una de las muchas afecciones que suelen confundirse con problemas cardíacos.
La costocondritis es el resultado de la inflamación del tejido conjuntivo duro y flexible (cartílago) situado entre las costillas y el esternón, denominado articulación costoesternal.
Las posibles causas de la costocondritis son un golpe en el pecho, el ejercicio extenuante o el levantamiento de pesas.
Una infección respiratoria o articular, la tos intensa y ciertos tipos de artritis también pueden desencadenar la enfermedad. Pero la mayoría de las veces se desconoce la causa.
Los principales síntomas son dolor y sensibilidad en el pecho. El dolor puede ser agudo o sordo y persistente, y suele empeorar al respirar hondo, toser o acostarse.
El pecho puede estar sensible y posiblemente hinchado cuando se presiona. El reposo y la respiración tranquila suelen aliviar algo el dolor.
Por el contrario, las personas suelen describir los infartos de miocardio como una molesta u opresión en el centro del pecho; también pueden aparecer otros síntomas variados.
Dado que los infartos de miocardio son frecuentes y potencialmente graves, es lo primero que descarta un médico si una persona se presenta en cualquier centro médico con dolor torácico.
Las pruebas incluyen un electrocardiograma, una prueba breve e indolora que puede revelar un signo distintivo si se está produciendo (o se produjo en el pasado) un infarto de miocardio.
La práctica habitual es un análisis de sangre para detectar daños en el músculo cardiaco; también pueden realizarse otras pruebas.
Los médicos siempre hacen un historial médico, que puede haber ayudado a precisar el diagnóstico de su mujer.
No existen pruebas de laboratorio ni de imagen que confirmen con certeza el diagnóstico de costocondritis.
El problema suele desaparecer por sí solo, sin ningún tratamiento. Pero puede durar varios meses y a veces hasta un año.
Mientras tanto, se pueden tomar analgésicos, como paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil, Motrin), o aplicar cremas o geles analgésicos en la zona afectada.
Por ejemplo, cremas de venta sin receta que contengan capsaicina o salicilatos, o un gel de diclofenaco al 1% (Voltaren). Puede ser necesario evitar los ejercicios que puedan agravar el problema, como el remo o el levantamiento de pesas.
Los ejercicios suaves de estiramiento pueden ayudar, al igual que colocar una almohadilla térmica o una bolsa de hielo en la zona dolorida varias veces al día.