Ahora, un estudio realizado en China ofrece una nueva perspectiva. En el estudio, publicado en línea el 25 de enero de 2023 por BMJ, participaron más de 29.000 personas sin demencia (con una edad media de 72 años).
Los participantes se sometieron inicialmente a pruebas cognitivas y genéticas para detectar genes que aumentan el riesgo de padecer alzhéimer, e informaron del grado de cumplimiento de seis hábitos de vida saludables (seguir una dieta sana, hacer ejercicio, no fumar, no beber alcohol, mantenerse socialmente activos y realizar actividades que supongan un reto para el cerebro).
Los participantes fueron seguidos durante 10 años, informando periódicamente de sus hábitos de vida y sometiéndose a pruebas cognitivas.
Al final del estudio, las personas que seguían al menos cuatro hábitos saludables mostraban un deterioro de la memoria significativamente más lento que las que no practicaban ninguno.
Esto era cierto incluso entre las personas con genes relacionados con el Alzheimer. Los hábitos asociados a los mayores efectos fueron la dieta, la actividad cognitiva, el ejercicio y el contacto social.
El estudio fue observacional y no prueba de forma concluyente que un estilo de vida saludable protegiera la memoria. Pero un estilo de vida sano tiene muchos beneficios para la salud, y sólo ganará mejorando el suyo.