“Usar demasiada medicación puede provocar irritación, efectos secundarios o que se acabe el medicamento antes de que el seguro pague más. Usar demasiado poco puede no ser suficiente para tratar tu enfermedad”, dice Joanne Doyle Petrongolo, farmacéutica del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard.
La buena noticia es que algunos medicamentos pueden usarse con artilugios que facilitan su toma. Considera los siguientes.
Guías para gotas oftálmicas
Hay dos tipos de dispositivos que se utilizan habitualmente con los colirios. Uno tiene grandes solapas que flanquean los lados del frasco del colirio.
“Se aprietan las solapas, lo que resulta más fácil que apretar el frasquito”, explica Doyle Petrongolo.
El otro dispositivo es un pequeño recipiente que se coloca alrededor del ojo. El frasco del colirio se encaja en el recipiente, que lo dirige hacia el ojo y lo mantiene firme mientras se aprieta.
Coste: Entre 10 y 15 dólares.
Ayudas para inyecciones
Ponerse una inyección puede ser desagradable, independientemente de las herramientas que se utilicen. Pero algunos artilugios pueden hacer que el proceso sea menos difícil.
Las ayudas para inyecciones se colocan en los extremos de las “plumas” precargadas que se aplican sobre la piel. Puede tener el aspecto de un pequeño platillo volante o de un pequeño arco.
Cuando se coloca el dispositivo en la piel, se mantiene en su sitio y guía la pluma hasta el punto correcto.
Si la medicación viene en una jeringa precargada (como la vitamina B12 o la testosterona), o si cargas tu propia jeringa, puedes ponerla en un inyector automático, convirtiéndolo básicamente en un bolígrafo inyector más manejable.
“Se carga la jeringuilla en el inyector, se coloca sobre la piel y se pulsa un botón para que la aguja penetre en la piel”, explica Doyle Petrongolo.
Si tiene problemas para ver la dosis que está cargando en una jeringa, puede probar una lupa para jeringas, que amplía la visión de los números y las líneas de la jeringa.
Coste: Entre 10 y 25 dólares.
Espaciadores para inhaladores
El uso de un inhalador (un dispositivo que administra medicación líquida o en polvo en forma de vapor respirable a través de una boquilla) requiere coordinación y fuerza pulmonar.
Con un diseño común, se coloca la boquilla en la boca, luego se presiona el bote que contiene el medicamento para que se produzca la pulverización; mientras tanto, se inhala rápida y profundamente para aspirar la niebla medicada hasta lo más profundo de los pulmones.
“Pero a algunas personas el medicamento se les escurre por la garganta o se les bloquea con la lengua“, explica Doyle Petrongolo.
Recomienda utilizar un espaciador, un tubo que se coloca en el extremo de la boquilla del inhalador. El otro extremo del tubo se introduce en la boca. Cuando se pulveriza el medicamento, queda suspendido en la cámara del espaciador, lo que permite inhalar el vapor a un ritmo más lento.
“Busca un espaciador con un silbato que te avise si estás inhalando demasiado rápido o demasiado despacio”, dice Doyle Petrongolo.
Coste: a partir de 15 dólares.
Exprimidores de tubo
Los medicamentos tópicos, como cremas o geles, salen fácilmente del tubo al principio. Pero el esfuerzo aumenta a medida que el tubo se vacía.
Eso es difícil si tienes problemas en las manos.
Un exprimidor de tubos puede ayudarte. Los hay de varios tipos, como una llave que se coloca en el extremo del tubo y se gira (que enrolla el extremo vacío, empujando el medicamento hacia la abertura), o un disco de plástico plano con una ranura delgada que se coloca en el extremo del tubo y se desliza hacia la abertura.
Si te resulta difícil girar la llave o deslizar el disco, prueba con un exprimidor de tubos de una sola mano, un dispositivo con forma de cuña que se coloca en el tubo y se presiona para sacar el medicamento.
Coste: a partir de 2 dólares.
¿Dónde puedes encontrar estas herramientas?
Busca estos artilugios en farmacias, grandes superficies, tiendas de suministros médicos o en Internet. Si las herramientas no te ayudan, pide sugerencias a tu farmacéutico o acude a un terapeuta ocupacional.
“El objetivo”, dice Doyle Petrongolo, “es mantenerte en tu régimen de medicamentos para que puedas seguir sano e independiente”.