Los investigadores combinaron los resultados de dos grandes estudios de Harvard (el Estudio de Salud de Enfermeras y el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud) que incluyeron a más de 92,000 hombres y mujeres saludables en los Estados Unidos que informaron detalles sobre su salud y hábitos dietéticos cada dos años.
Los científicos descubrieron que las personas que consumían la mayor cantidad de aceite de oliva, un poco más de media cucharada por día, tenían un 19 % menos de riesgo de muerte por cualquier causa durante un período de 28 años, en comparación con quienes rara vez o nunca consumían aceite de oliva.
Un mayor consumo de aceite de oliva también se asoció con menores riesgos de muerte por enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedad neurodegenerativa o enfermedad pulmonar.
Entre las personas que reemplazaron la mantequilla, la margarina o la mayonesa con aceite de oliva, la tasa de mortalidad fue hasta un 34 % más baja que la de las personas que no sustituyeron esas grasas por aceite de oliva.
El estudio fue observacional y no prueba que el aceite de oliva prolongue la vida.
Pero otros estudios han encontrado un vínculo entre el consumo de aceite de oliva y la reducción de los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores especulan que las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes del aceite de oliva pueden desempeñar un papel en la protección de la salud.