Pero, ¿qué ocurre si la lente externa del ojo (la córnea) se daña o enferma? También se puede sustituir.
“No es tan frecuente como la cirugía de cataratas, pero muchas personas sufren enfermedades de la córnea después de los 50 años y pueden necesitar un trasplante de córnea”, dice el Dr. Nandini Venkateswaran, cirujano de córnea y cataratas del Massachusetts Eye and Ear, afiliado a Harvard.
En 2021 se realizaron más de 49.000 trasplantes de córnea en EE.UU., según la Eye Bank Association of America.
¿Qué es la córnea?
La córnea es una cúpula de tejido transparente situada en la parte delantera de cada ojo, que cubre el iris y la pupila, y que actúa como un parabrisas que protege el delicado aparato ocular que hay detrás, y enfoca la luz hacia la retina, que envía señales que el cerebro convierte en imágenes (su visión).
Para enfocar y ver con claridad se necesita esta combinación de parabrisas y lente de cámara.
Pero muchas cosas pueden ir mal dentro de las cinco capas de tejido que componen la córnea. Eso puede dificultar la visión y privarte de la capacidad de leer, conducir, trabajar y realizar otras actividades en tu día a día.
¿Cómo se producen los daños en la córnea?
Puede deberse a varias causas:
Lesiones, como una caída. “Las caídas son una de las principales razones por las que la gente acude con un traumatismo ocular agudo. La córnea puede dañarse fácilmente si algo la pincha”, dice el Dr. Venkateswaran.
Cirugías oculares previas. “Especialmente en el caso de los adultos que se han sometido a varias cirugías oculares -como las de cataratas y glaucoma-, las capas internas de la córnea pueden dañarse y debilitarse con la edad”, añade.
Enfermedades. Problemas como las infecciones graves de la córnea, o enfermedades genéticas como la distrofia endotelial de Fuchs, pueden provocar la pérdida de visión.
¿Qué opciones hay para tratar los daños en la córnea?
El tratamiento de la córnea depende del tipo de problema que se tenga y de la magnitud del daño. “Se trata de un enfoque gradual. A veces, el uso de lentes de contacto especiales o de medicamentos puede reducir la inflamación o la cicatrización de la córnea”, dice el Dr. Venkateswaran dice.
Cuando el daño no puede repararse, los cirujanos pueden sustituir una o varias capas de la córnea (un trasplante de espesor parcial) o toda ella (un trasplante de espesor total).
La gran mayoría de los trasplantes proceden de córneas de donantes que se obtienen y procesan en bancos de ojos de todo Estados Unidos. En algunos casos, como cuando fallan los trasplantes repetidos, se puede optar por una córnea artificial. La recuperación tras la cirugía de córnea puede durar hasta un año.
¿Qué duración tienen los trasplantes de córnea?
Siempre existe el riesgo de que el cuerpo rechace un trasplante de córnea. Esto ocurre aproximadamente un tercio de las veces en los trasplantes de espesor total. Ocurre con menos frecuencia en los trasplantes de espesor parcial. La prevención del rechazo requiere la aplicación de gotas oftálmicas de por vida.
Aun así, la longevidad de los trasplantes varía. “He visto trasplantes de hace 50 o 60 años y ahora empiezan a mostrar desgaste.
Otros pacientes, por diversas razones -ataques al sistema inmunitario, intolerancia a los colirios o enfermedades subyacentes-, pueden tener un trasplante sólo durante cinco o diez años antes de necesitar otro”, explica el Dr. Venkateswaran.
La atención ocular preventiva puede ayudar a preservar la córnea
Es fundamental someterse a exámenes oftalmológicos exhaustivos con regularidad para asegurarse de que las córneas y el resto de los ojos están sanos.
La Academia Americana de Oftalmología recomienda un examen ocular completo (con dilatación)
- a los 40 años
- cada dos o cuatro años para las personas de 40 a 54 años
- cada uno o tres años para las personas de 55 a 64 años
- cada uno o dos años para las personas de 65 años o más.
- Deberá someterse a un examen ocular con mayor frecuencia si tiene afecciones subyacentes que aumentan el riesgo de padecer enfermedades oculares, como la diabetes o los antecedentes familiares de enfermedades de la córnea.
Si tiene algún problema de visión, como dolor ocular, enrojecimiento, visión borrosa a pesar de llevar gafas nuevas o pérdida de visión, acuda a un oftalmólogo.
Afortunadamente, para las personas que sufren daños en la córnea, los avances en las opciones quirúrgicas son alentadores.
“Los trasplantes de córnea son un milagro”, dice el Dr. Venkateswaran.
“Tengo pacientes cuya calidad de vida disminuía considerablemente porque no podían ver a través de su parabrisas nublado. Podemos devolverles la vista, y tenemos la tecnología y los medicamentos para mantener el trasplante vivo.”