Si quiere que su relación prospere procure evitarlos.
A veces es mucho más fácil encontrar pareja que mantenerla.
¿Cuáles son las razones que nos llevan a romper una vez tras otra con aquellas personas con las que deseábamos compartir nuestra vida?
¿Por qué nuestro dulce sueño de vivir el amor de forma auténtica no termina de convertirse en realidad, o lo que resulta aún más frustrante, termina por convertirse en una amarga pesadilla?
“Nos esforzamos demasiado en intentar gustar a los demás, en que nos quieran para toda la vida, en encontrar al amor de nuestra vida, en hallar a otro ser que nos complete como personas”.
“¿No equivale esto a depositar nuestra capacidad de ser felices en los demás, en vez de en nosotros mismos?
¿No deberíamos aspirar a ser personas completas, en lugar de depender de los demás?”.
“Tratar de compensar nuestras carencias psicológicas y emocionales con el apego a otra persona, con la sensación de estar enganchados a otro, tiene una peligrosa consecuencia. Todo apego excesivo puede llegar a originar una adicción o dependencia hacia otra persona, un estado de ansia y necesidad que termina por afectar a nuestra libertad como personas y limitar nuestras opciones vitales”.
Amar sin dependencia
“Cuanto menos apego tengamos, más libres no sentiremos”, señala el experto humanista.
“En la mayoría de los casos, la dificultad para construir y mantener una pareja radica en una serie de errores básicos, precisamente relacionados con el apego excesivo y la dependencia emocional, que terminan por asfixiar el amor”.
Uno de los errores básicos, consiste en confundir amar con ser amado: “Para la mayoría de la gente el amor es algo pasivo, buscan que el otro les quiera en lugar de ocuparse en quererle. A menudo se empeñan en lograr ser dignos de amor hacia otra persona; incluso, sin importarles quién es esa persona”.
Para ello, “los hombres buscan tener éxito, ser poderosos, ricos dentro de su posición social, mientras que las mujeres se esfuerzan en ser atractivas, sobre todo a través del cuidado del cuerpo, la ropa o el maquillaje”.
Además, para ser amados “ambos sexos intentan ser agradables, comprensivos, tener una conversación interesante, estar muy bien informados y todo lo que las modas impongan en ese momento”.
Otro fallo frecuente,radica en buscar en la persona amada “la media naranja” que nos falta para completarnos como personas.
“Cuando dos personas se sienten vacías, solas, incompletas, al encontrarse ven en la otra lo que les falta de ellas mismas; entonces, surge el flechazo, y aparecen el príncipe azul y la princesa encantada”.
“Ambos siguen juntos hasta que a uno de los dos le parece que ya no le queda nada más que ‘robar’ al otro. Por este motivo, la relación va perdiendo ese carácter mágico y misterioso de los inicios; surge el aburrimiento y las disputas, hasta que se separan”.
“A este tipo de relación la llamamos incompleta o parcial, porque a cada uno le atrae lo opuesto, lo que le falta, ya que así se complementa.
Estas relaciones duran poco, suelen terminar mal y con una sensación de dolor e incomprensión”, añade.
“La relación completa o total sólo puede gestarse cuando cada uno mira dentro de sí y se observa como un ser completo.
Entonces se une con otra persona que también está completa, y ambos experimentan la felicidad de compartir su plenitud”.
“No es lo mismo decir te quiero porque te necesito, que te necesito porque te quiero”.
“Amar no es mirarse en los ojos del otro, eso es fascinación; sino mirar juntos en la misma dirección”.