Algunas comidas pueden ayudar con la inflamación de las articulaciones, como los aceites de pescado, las nueces y el té.
Limite el azúcar y las grasas saturadas, y evite cualquier alimento que parezca empeorar sus problemas en las articulaciones.
Mantenerse activo
El ejercicio ayuda a que las articulaciones se muevan bien y fortalece los músculos que las rodean. Si necesita perder peso, el ejercicio también es bueno para eso.
A medida que pierda esos kilos, aliviará el estrés en sus articulaciones. Querrá trabajar en ejercicio aeróbico (cardio), entrenamiento de fuerza y flexibilidad.
Un fisioterapeuta o un entrenador con experiencia en AR puede hacer un plan de ejercicios y mostrarle qué hacer.
Ir a tu ritmo
Aunque necesita estar activo, también tómese un tiempo para descansar. La AR puede hacer que se sienta más cansado.
No trate de hacer más de lo que puede manejar.
Toma descansos cuando lo necesites. Duerma al menos 8 horas por la noche, más una siesta durante el día si se siente agotado.
Prueba la fisioterapia
Incluso unas pocas sesiones pueden marcar la diferencia.
Un fisioterapeuta puede enseñarle ejercicios seguros para fortalecerlo y que pueda moverse mejor.
Si tiene problemas para moverse o realizar tareas sencillas, pregúntele a su terapeuta acerca de las herramientas y los dispositivos que pueden ayudarlo.
¿Usted bebe o fuma?
Fumar empeora los síntomas de la AR y hace que los tratamientos sean menos efectivos. Trabaje para dejar el hábito, incluso si le toma un par de intentos.
Su médico puede darle consejos y recursos. Y aunque un trago ocasional puede estar bien para algunas personas, consulte con su médico, ya que el alcohol puede afectar los medicamentos para la AR de una manera que daña el hígado.
Usa frialdad y calidez
Pruebe un cambio de temperatura para aliviar las articulaciones doloridas. Sumérjase en un baño tibio, tome una ducha tibia o sostenga una almohadilla térmica húmeda en los puntos doloridos para aliviar los músculos tensos.
Aplique una compresa fría o una compresa fría para enfriar las articulaciones ardientes. Puede cambiar entre frío y calor para obtener lo mejor de ambos.
Abrir
Puede ser difícil hablar de su AR, pero inténtelo. Es posible que sus amigos y familiares no se den cuenta de lo que está pasando, especialmente si se ve saludable.
Está bien compartir cuando está teniendo un mal día y le vendría bien una charla de ánimo, o si prefiere que vengan a cenar en lugar de salir a comer.
A medida que solicite lo que necesita, conocerán su condición y estarán más dispuestos a ayudarlo.
Dale tiempo para trabajar
Los tratamientos para la AR pueden aliviar el dolor, la rigidez y la fatiga, pero no de la noche a la mañana. Puede tomar algunas semanas o meses para sentirse mejor.
Cuando comience a tomar un medicamento nuevo, pregúntele a su médico cuándo debe comenzar a notar una diferencia y qué tipo de cambios puede esperar.
Si pasa el tiempo y no te sientes mejor, házselo saber.
Lo que es mejor para ti
Hable con su médico de AR para establecer su plan de tratamiento ideal. La medicina es una gran parte de esto, pero no olvide todas las otras cosas que pueden ayudarlo a sentirse mejor y proteger sus articulaciones también.
Por ejemplo, su médico podría sugerir técnicas de terapia física y manejo del estrés. O podrían pedirle que hable con un nutricionista.
Dé su opinión a su médico
Usted y su médico son un equipo. Les ayuda saber cómo te está yendo realmente, así que sé abierto.
Si nota efectos secundarios o no obtiene los resultados que espera, o si no puede tomar su medicamento por alguna otra razón, hable.
Continúe con su medicamento y no cambie la dosis a menos que lo haya consultado primero.