Un exceso de LDL en el torrente sanguíneo puede crear una acumulación de placa en el interior de las arterias.
Si esta acumulación bloquea el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, el resultado es un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
Su nivel objetivo de LDL depende de su perfil de factores de riesgo. En general, cuanto más bajo sea, mejor.
Si ya padece una enfermedad cardiovascular o tiene un riesgo elevado de padecerla, debe fijarse como objetivo un nivel de LDL inferior a 70 miligramos por decilitro (mg/dL).
Para las personas con un riesgo medio, alcanzar un nivel inferior a 100 mg/dL con cambios en el estilo de vida es excelente. Usted y su médico pueden decidir si necesita una estatina u otro medicamento para reducir aún más su LDL.
Pero, ¿qué ocurre con el colesterol homólogo del LDL, la lipoproteína de alta densidad (HDL), el colesterol “bueno”?
“El HDL tiende a perderse en la conversación sobre el colesterol, pero desempeña un papel vital en la salud del corazón, por lo que es importante controlar también el HDL mientras se controla el LDL“, dice el Dr. Frank Sacks, profesor de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
¿Cuándo es demasiado bueno el HDL?
El HDL se considera “bueno” porque hace el trabajo bueno. Patrulla los vasos sanguíneos, recoge el exceso de colesterol del torrente sanguíneo y de las paredes arteriales y lo lleva al hígado, donde es eliminado del organismo.
Esta acción continua evita la peligrosa acumulación de placa. Las directrices recomiendan un nivel de HDL de 40 mg/dL a 60 mg/dL para los hombres adultos. “Un nivel inferior a 40 mg/dL podría significar que no hay suficiente HDL para hacer su trabajo correctamente”, dice el Dr. Sacks.
Dado que el HDL se considera “bueno”, sería lógico pensar que una mayor cantidad equivale a una mayor protección. Pero la investigación ha descubierto que esto no es necesariamente cierto, y que los niveles de HDL superiores a 80 mg/dL no ofrecen beneficios adicionales.
Un nivel más alto de HDL podría no ser siempre eficaz porque necesita ayuda para cumplir su función. Las investigaciones sugieren que la función protectora de las HDL depende en parte de los niveles de LDL y triglicéridos (un tipo de grasa sanguínea que contribuye a conformar el perfil lipídico).
Un estudio que analizó a personas con niveles altos y bajos de HDL y a personas con niveles altos y normales de LDL y triglicéridos descubrió que, para una protección óptima frente a las enfermedades cardiovasculares, es necesario que existan niveles saludables de las tres sustancias.
¿Necesita un análisis avanzado de lípidos?
Los médicos utilizan los lipidogramas para medir los niveles de colesterol, detectar el riesgo de enfermedad cardiovascular y supervisar los tratamientos. Sin embargo, a veces se necesita información más detallada sobre el colesterol.
Para ello es necesario realizar un análisis lipídico avanzado que mida la apolipoproteína B (apoB), la principal proteína de las LDL. La investigación ha sugerido que cantidades más elevadas de apoB pueden indicar un mayor riesgo.
Pero no todo el mundo necesita esta prueba. “Para una persona normal con LDL o colesterol total elevados, los detalles adicionales no alterarán materialmente su diagnóstico o tratamiento“, afirma el Dr. Frank Sacks, catedrático de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
Sin embargo, algunas personas pueden beneficiarse, añade.
Entre ellas están las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular o un infarto reciente sin factores de riesgo aparentes, como LDL alto, hipertensión, diabetes o tabaquismo, y los hombres diagnosticados de enfermedad cardiovascular antes de los 55 años.
En aumento
Un análisis de sangre estándar denominado lipidograma mide el colesterol total, las LDL, las HDL y los triglicéridos de una persona.
Determinadas personas pueden beneficiarse de un análisis lipídico Avanzado. Los resultados ayudan a evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular y determinan si es necesario un tratamiento.
Según el Dr. Sacks, la primera prioridad es siempre tratar los niveles altos de LDL, pero si los niveles de HDL son preocupantemente bajos (menos de 40 mg/dl), es probable que el médico recomiende cambios en el estilo de vida.
“Aunque el nivel de HDL de una persona viene determinado principalmente por la genética, ciertos hábitos pueden hacer que los niveles de HDL disminuyan”, afirma.
He aquí algunas estrategias que deberían adoptar las personas con HDL bajo:
Hacer más ejercicio. El ejercicio de intensidad moderada, como caminar a paso ligero durante al menos 30 minutos tres veces por semana, puede ayudar a aumentar las HDL.
El entrenamiento a intervalos de alta intensidad también puede ayudar.
Adelgace. Si tiene sobrepeso, intente perder entre un 5% y un 10% de su peso actual.
Reduzca el consumo de carbohidratos refinados. Cambie los carbohidratos refinados (pan blanco, pasta blanca) por cereales integrales (avena, pasta integral, arroz integral) y añada proteínas magras a su dieta, como carne de ave, tofu, alubias y lentejas.
Limite el consumo de alcohol. Si lo consume, limítese a una o dos copas al día.
Deje de fumar. Si es necesario, busque ayuda médica para dejar de fumar.