Harvard Medical School
Según un estudio publicado en la edición electrónica del 7 de enero de 2025 de la revista Journal of Occupational Health Psychology, las personas con trabajos sedentarios (aproximadamente el 80% de la población activa) tienen un riesgo mucho mayor de padecer insomnio que las que son activas en el trabajo.
Los investigadores encuestaron a casi 1.300 personas en dos ocasiones a lo largo de un periodo de 10 años, preguntándoles por sus horarios laborales y sus niveles de actividad física en el trabajo.
También preguntaron por los hábitos de sueño de los participantes, identificando tres categorías de salud del sueño:
buenos durmientes, durmientes de recuperación y durmientes con insomnio.
En comparación con el trabajo activo, el trabajo sedentario tenía un 37% más de probabilidades de provocar diversos síntomas de insomnio, como dificultad para conciliar el sueño, sueño interrumpido y cansancio diurno frecuente.
Los resultados también indicaron que los trabajadores que caen en un patrón de sueño deficiente debido al diseño de su trabajo pueden acabar estancados en esos patrones poco saludables durante muchos años.
Los trabajadores con insomnio, por ejemplo, declararon que sus síntomas persistían 10 años después, al final del estudio.
Según los autores del estudio, las personas con trabajos sedentarios que mueven el cuerpo durante la jornada laboral pueden protegerse contra el desarrollo de problemas de sueño de larga duración.