Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los tres planes de alimentación durante ocho semanas: una dieta “occidental” típica rica en grasas totales, grasas saturadas y colesterol; una dieta rica en frutas y verduras; y la dieta DASH, que hace hincapié en los cereales integrales, las proteínas magras, los frutos secos y los lácteos bajos en grasa, además de las frutas y verduras.
Tanto la dieta de frutas y verduras como la dieta DASH redujeron las puntuaciones de riesgo de problemas cardiacos de los participantes en un 10% durante el periodo de ocho semanas.
Pero esos beneficios se duplicaron entre las mujeres y se cuadruplicaron entre los adultos de raza que siguieron la dieta DASH.
Dado que la hipertensión arterial está más asociada a la insuficiencia cardiaca y la muerte en las mujeres, según los investigadores, los resultados deberían ayudarnos a elegir nuestro estilo de vida.