La vagotomía consiste en extraer el nervio vago, que envía información entre el intestino y el cerebro, mientras que el segundo procedimiento, que también implica el nervio vago, consiste en utilizar la capsaicina para destruir sólo ciertas fibras nerviosas en lugar de eliminar por completo el nervio.
En concreto, acaba con aquellas fibras nerviosas que llevan señales desde el intestino al cerebro, dejando intactas las fibras nerviosas que envían señales en la dirección opuesta, desde el cerebro hasta los intestinos.
Menos grasa corporal
Después de probar las dos cirugías en el laboratorio, los investigadores encontraron que la vagotomía reduce significativamente la grasa corporal, incluida la grasa abdominal visceral o barriga cervecera, como la han llamado los propios autores, un marcador importante de la obesidad que también ayuda a predecir enfermedades asociadas, como la diabetes.
Por su parte, la desaferentación vagal también mostró una reducción de dichas grasas de forma notable, pero en menor grado.
La reducción de la grasa visceral es particularmente importante por que está asociada a una menor incidencia de efectos secundarios.
Los investigadores han reconocido que aún queda trabajo por hacer para corroborar si estas cirugías se pueden utilizar en los seres humanos, y si la capsaicina puede ser aplicada directamente a las fibras vagales humanas como parece prometer el estudio.
Como la demanda de cirugías para perder peso y la obesidad están aumentando, será necesario el uso de procedimientos cada vez menos invasivos.