Harvard Medical School
Pueden no ser nada, o ser graves. A continuación te explicamos cuándo debes hacerte un chequeo.
¿Te ha pasado alguna vez? Está relajado en casa, paseando o trabajando en el jardín cuando, de repente, tiene la sensación de que el corazón le da un vuelco, se salta un latido o late más deprisa o a un ritmo irregular. Estas sensaciones, conocidas como palpitaciones, suelen durar sólo unos segundos, pero pueden resultar inquietantes en el momento.
Según el Dr. Shaan Khurshid, cardiólogo del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, las palpitaciones son frecuentes y no hay de qué preocuparse. “Básicamente, todo el mundo las tiene de vez en cuando. A menudo no hay ningún precipitante, o pueden desencadenarse por consumir demasiada cafeína, estar deshidratado o sentirse estresado o ansioso”, dice.
Aun así, hay situaciones en las que estas extrañas sensaciones cardíacas pueden indicar algo más grave. Debe buscar atención médica inmediata si las palpitaciones van acompañadas de síntomas molestos, como falta de aliento, dolor en el pecho, molestias en los brazos, el cuello o la mandíbula, sudoración excesiva o mareos.
Si no tiene ninguno de estos síntomas, a continuación le indicamos qué puede estar causando esos ritmos cardíacos anormales y cuándo debe acudir a revisión.
Latidos saltados o alterados
Cuando una persona tiene la sensación de que su corazón se ha saltado un latido, la causa suele ser un latido extra que se adelanta. Cuando las cavidades superiores del corazón (aurículas) se contraen un poco antes de lo habitual, se habla de contracción auricular prematura (CAP). Después, el corazón hace una pausa un poco más larga de lo habitual hasta el siguiente latido para volver a su ritmo normal.
Durante esta pausa, la sangre sobrante se acumula, lo que hace que las cavidades inferiores (ventrículos) se contraigan con más fuerza para eliminar la acumulación. La pausa puede percibirse como un latido saltado, o el latido más enérgico tras la pausa puede sentirse como un latido fuerte, aunque este hipo del ritmo cardiaco también puede pasar completamente desapercibido.
Un fenómeno similar puede producirse cuando las cavidades inferiores (ventrículos) se contraen antes de tiempo, lo que se denomina contracción ventricular prematura (PVC). Por razones similares, puede parecer como si el corazón se detuviera brevemente y volviera a latir, provocando una sensación de aleteo o latido.
Tanto las CAP como las PVC se clasifican como latidos ectópicos. (Como término médico, ectópico significa “fuera de lugar”). “Aunque los latidos ectópicos puedan parecerle alarmantes, son bastante frecuentes y suelen ser inofensivos. No hay necesidad de consultar al médico si sólo ocurren de vez en cuando y no afectan a tu vida diaria”, dice el Dr. Khurshid.
Latidos rápidos y erráticos
Los ritmos cardíacos anormales (latidos demasiado rápidos o con un patrón desordenado) se denominan arritmias. Se producen cuando surge un problema en el sistema eléctrico del corazón.
Hay muchos tipos de arritmias. La más frecuente es la fibrilación auricular (FA). La fibrilación auricular está causada por fallos eléctricos en las aurículas, que dan lugar a impulsos muy rápidos y erráticos.
Normalmente, el corazón late siguiendo un patrón constante: latido… latido… latido… latido. Durante la fibrilación auricular, las señales eléctricas anormales que se producen en las aurículas hacen que los ventrículos latan de forma irregular y a menudo a un ritmo rápido: latido, latido… latido… latido:latido;latido… latido.
Los episodios de fibrilación auricular pueden durar sólo unos minutos o producirse de forma intermitente durante días. Muchas personas tienen fibrilación auricular continua y, sin embargo, pueden no ser conscientes de la irregularidad de sus latidos o sentir sólo palpitaciones leves. Sin embargo, la fibrilación auricular rápida puede causar otros síntomas, como aturdimiento, debilidad, dificultad para respirar, sudoración y dolor torácico.
Si no se trata, la fibrilación auricular puede provocar la formación de coágulos sanguíneos en la aurícula izquierda que pueden llegar al cerebro, obstruir el flujo sanguíneo y causar un ictus. “Por eso debe buscar atención médica si experimenta cualquier síntoma de fibrilación auricular”, dice el Dr. Khurshid.
Otro tipo de arritmia que también merece más atención es la taquicardia supraventricular (TSV). Una frecuencia cardiaca normal suele ser de 60 a 100 latidos por minuto, pero la taquicardia supraventricular puede hacer que la frecuencia cardiaca suba hasta 250 latidos por minuto.
Cuando esto ocurre, los ventrículos no tienen tiempo de llenarse antes de que el corazón se contraiga, lo que puede comprometer el flujo sanguíneo al cerebro y dejarle mareado.
Una arritmia aún más grave es la taquicardia ventricular (TV). La taquicardia ventricular es un ritmo cardiaco anormal que se inicia en el ventrículo derecho o en el izquierdo. Puede durar unos segundos o, en algunos casos, muchos minutos o incluso horas (lo que se conoce como TV sostenida).
Los síntomas más frecuentes son palpitaciones, mareos, aturdimiento, dolor torácico, dificultad para respirar y desmayo o casi desmayo. Sin embargo, algunas personas no experimentan ningún síntoma.
La taquicardia ventricular sostenida es peligrosa y, si no se trata, puede evolucionar a fibrilación ventricular, un ritmo cardiaco potencialmente mortal que puede provocar la pérdida del conocimiento e incluso una parada cardiaca (cuando el corazón se detiene por completo).



