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Una dieta adecuada le ayudará a controlar el azúcar en sangre, a controlar su peso y a sentirse mejor. Varios planes de alimentación conocidos y populares pueden ofrecerle la hoja de ruta para conseguirlo. Lo mejor es que elijas una dieta que puedas seguir, con alimentos que te gusten, para que puedas cumplirla a rajatabla.
Empiece por lo básico
Vigila el tamaño de las porciones y las calorías. Reduce los alimentos fritos, los dulces, las bebidas azucaradas y todo lo que sea salado o graso. En su lugar, opta por muchas verduras, cereales integrales, proteínas magras, lácteos bajos en grasa, fruta y grasas saludables.
Puede que necesites comer cada pocas horas para mantener estables tus niveles de azúcar en sangre. Tu médico o tu educador en diabetes pueden ayudarte a ajustar la dieta para que te funcione.
Bajo en carbohidratos
No tienes por qué renunciar a los carbohidratos porque tengas diabetes. Si quieres probar una dieta que los limite, como Atkins o South Beach, habla con tu médico al respecto.
Las investigaciones sobre los beneficios de las dietas bajas en carbohidratos para la diabetes tipo 2 siguen siendo contradictorias. Pero una revisión escrita por 25 destacados expertos afirma que este estilo de alimentación debería ser el primer paso para controlar la enfermedad, ya que puede “reducir de forma fiable la glucemia alta.”
Dieta mediterránea
Esta dieta cardiosaludable utiliza mucha fruta y verdura, así como pescado, pollo, frutos secos, aceite de oliva, legumbres y cereales integrales. Lo que no comerás a menudo Carne roja, mantequilla y sal.
Los estudios han demostrado que esta dieta puede ayudar a mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Puedes tomar vino con las comidas, pero la Asociación Americana de la Diabetes recomienda no beber más de una copa al día si eres mujer, y dos si eres hombre.
DASH
Los expertos en nutrición recomiendan a mucha gente este plan de alimentación, diseñado para ayudar a bajar la tensión arterial, porque hace hincapié en las frutas, las verduras, los lácteos bajos en grasa, los cereales integrales, las carnes magras, el pescado, los frutos secos y las legumbres. (Un estudio de 2011 descubrió que puede mejorar la sensibilidad a la insulina cuando forma parte de un programa general de pérdida de peso con ejercicio.
La dieta de la zona
Su objetivo es mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Las comidas tienen un 40% de carbohidratos, un 30% de proteínas y un 30% de grasas. Los carbohidratos se clasifican como buenos o malos en función del índice glucémico.
Tendrás alimentos como pollo y cebada, pero no patatas y yemas de huevo. Un estudio de 2015 descubrió que tenía un efecto positivo en el control glucémico y el tamaño de la cintura, por lo que puede ser una buena opción. Consulta a tu médico al respecto.
Vigilantes del peso
Obtienes un número determinado de puntos para “gastar” a medida que comes. La mayoría de las verduras tienen cero puntos, por lo que puedes comer tantas como quieras, mientras que a las comidas rápidas y los postres se les asignan valores altos de puntos.
Los estudios demuestran su eficacia. Además, la empresa ofrece un programa para personas con diabetes de tipo 2 que incluye consejos para mantenerse en forma y el apoyo de un asesor experto en el tratamiento de la enfermedad.
Comidas dietéticas envasadas
Tanto si te los envían a casa como si los compras en el supermercado, existe una gran variedad de platos precocinados. Tenga cuidado: Las listas de ingredientes pueden ser muy largas y no siempre son aptas para diabéticos.
Algunas marcas, como Nutrisystem y Jenny Craig, ofrecen comidas adaptadas para diabéticos. Habla con tu médico para que te ayude a reducir tus opciones.
Paleo
La idea detrás de esta dieta de moda es comer como lo hacían los primeros humanos antes de la agricultura moderna, cuando éramos cazadores-recolectores. Eso significa no consumir lácteos, azúcar refinado, cereales ni legumbres, ni aceites vegetales procesados como el de soja o canola.
Puedes comer frutas y verduras, carnes magras (preferiblemente de animales alimentados con pasto), pescado, frutos secos y semillas. Pequeños estudios demuestran que esta estrategia alimentaria puede mejorar la glucemia y la diabetes.
Sin gluten
El gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, el centeno y la cebada. Las personas con trastornos digestivos como la celiaquía deben evitarlo. La creencia popular es que la dieta sin gluten ayuda a perder peso, mejora la digestión y aumenta la energía.
Pero estas afirmaciones no están respaldadas por la ciencia. Además, el gluten está presente en todo tipo de alimentos, desde los aliños para ensaladas hasta las vitaminas. No es necesario que sigas esta dieta a menos que tu médico te lo recomiende.
Vegetariana y vegana
Limitar o evitar los productos de origen animal, como el pollo, el pescado y el yogur, puede ser una forma saludable de alimentarse. Sólo tienes que consumir muchos productos frescos y otros alimentos integrales, en lugar de atiborrarte de nuggets de “pollo” sin carne sacados de una caja.
Las investigaciones demuestran que las personas que siguen una dieta basada en plantas ingieren más fibra y menos calorías y grasas que los no vegetarianos. No obstante, asegúrate de consultar a un dietista titulado para asegurarte de que tu dieta vegana o vegetariana satisface tus necesidades nutricionales.
Alimentos crudos
Las personas que siguen esta dieta creen que las altas temperaturas de cocción destruyen los nutrientes vitales de los alimentos. Comen muchos productos frescos, semillas y frutos secos, y preparan las comidas con la ayuda de artilugios como batidoras y deshidratadores.
Aunque es probable que este tipo de alimentación le ayude a perder peso, no hay pruebas de que mejore los síntomas de la diabetes. En resumen: Existen dietas más sanas y eficaces.
Dieta alcalina
La teoría en la que se basa esta dieta es que alimentos como el trigo, la carne y el azúcar acidifican el organismo, lo que puede provocar enfermedades a largo plazo.
En cambio, alimentos como las verduras y las semillas pueden cambiar la química de tu cuerpo y hacerlo más alcalino, ayudándote a adelgazar y a mantenerte sano. Hay muy pocos estudios que respalden estas ideas, así que, de momento, pasa de ellas.
Ayuno o ayuno intermitente
Todas las dietas de ayuno que existen se basan en la idea de que dejar de comer de vez en cuando puede ayudarte a perder peso y, posiblemente, a combatir enfermedades crónicas. Pero no comer durante demasiado tiempo puede ser peligroso para las personas diabéticas. Puede provocar problemas como bajadas de azúcar y deshidratación.