Harvard Medical School
La prostatitis puede causar síntomas dolorosos o molestos, pero hay varios tipos de tratamiento que pueden ayudar.
La prostatitis, o inflamación de la próstata, es más frecuente de lo que se cree: provoca unos dos millones de visitas al médico al año. Los síntomas molestos incluyen ardor o dolor al orinar, necesidad urgente de ir al baño (sobre todo por la noche), eyaculaciones dolorosas y también dolor en la zona lumbar y el perineo (el espacio entre el escroto y el ano).
Resumen de la prostatitis
Existen cuatro categorías generales de prostatitis:
La prostatitis bacteriana aguda aparece de repente y suele estar causada por infecciones con bacterias como Escherichia coli, que normalmente viven en el colon. Los hombres pueden sufrir dolores musculares, fiebre y sangre en el semen o la orina, así como síntomas urogenitales.
La inflamación aguda puede hacer que la próstata se hinche y bloquee la salida de orina de la vejiga. Una obstrucción completa es una urgencia médica que requiere tratamiento inmediato. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, puede ser necesaria la hospitalización.
La prostatitis bacteriana crónica es el resultado de infecciones más leves que a veces persisten durante meses. Es más frecuente en hombres mayores y los síntomas suelen ser más o menos intensos, llegando a veces a ser apenas perceptibles.
La prostatitis crónica no bacteriana, también denominada síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), es el tipo más frecuente. El SDPC puede desencadenarse por estrés, infecciones del tracto urinario o traumatismos físicos que provoquen inflamación o lesiones nerviosas en la zona genitourinaria.
En algunos hombres, la causa nunca se identifica. El CPPS puede afectar a todo el suelo pélvico, es decir, a todos los músculos, nervios y tejidos que soportan los órganos implicados en el funcionamiento intestinal, vesical y sexual.
La prostatitis inflamatoria asintomática se diagnostica cuando los médicos detectan glóbulos blancos en los tejidos o secreciones de la próstata en hombres que están siendo evaluados por otras afecciones. Generalmente no requiere tratamiento.
Tanto la prostatitis bacteriana aguda como la crónica pueden provocar un aumento de los niveles sanguíneos del antígeno prostático específico (PSA). Esto puede ser alarmante, ya que un PSA elevado también es indicativo de cáncer de próstata. Pero si un hombre tiene prostatitis, es muy posible que la causa del aumento del PSA sea esa enfermedad y no el cáncer de próstata.
Tratamientos de la prostatitis
Afortunadamente, los avances de la investigación están dando lugar a algunas novedades alentadoras para los hombres que padecen esta afección.
Los antibióticos llamados fluoroquinolonas son tratamientos eficaces para la prostatitis bacteriana aguda y crónica. Un tratamiento de cuatro a seis semanas suele ser suficiente.
Sin embargo, la resistencia bacteriana a las fluoroquinolonas es un problema creciente. Un fármaco más antiguo, la fosfomicina, puede ayudar si los demás dejan de funcionar. Los niveles de PSA disminuirán con el tratamiento, aunque ese proceso puede tardar de tres a seis meses.
El CPPS se trata de otras maneras. Dado que no está causado por una infección bacteriana, el CPPS no responde a los antibióticos. Los tratamientos médicos incluyen antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, alfabloqueantes como la tamsulosina (Flomax),que aflojan los músculos tensos de la próstata y el cuello de la vejiga, y fármacos llamados inhibidores del PDEF, como el tadalafilo (Cialis), que mejoran el flujo sanguíneo a la próstata.
Los tipos especializados de fisioterapia pueden proporcionar cierto alivio. Un método llamado terapia de puntos gatillo, por ejemplo, actúa sobre las zonas sensibles de los músculos que se tensan y sufren espasmos. Con otro método, la liberación miofascial, los fisioterapeutas pueden reducir la tensión de los tejidos conjuntivos que rodean músculos y órganos. Sin embargo, los hombres deben evitar los ejercicios de Kegel, que pueden tensar el suelo pélvico y empeorar los síntomas.
La acupuntura se ha mostrado prometedora en ensayos clínicos. Un estudio publicado en 2023 mostró mejoras significativas en los síntomas del SDPC que duraban hasta seis meses después de finalizar los tratamientos de acupuntura. Cada vez hay más pruebas que sugieren que el SDPC debe tratarse con estrategias holísticas que también tengan en cuenta los factores psicológicos.
Los hombres con CPPS a menudo sufren depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental que pueden exacerbar la percepción del dolor. Técnicas como la atención plena y la terapia cognitivo-conductual para el SDPC pueden ayudar a los afectados a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
Comentario
«Un diagnóstico preciso es importante dadas las diferencias en el tratamiento de cada una de las cuatro categorías de prostatitis», afirma el Dr. Boris Gershman, urólogo del Centro Médico Beth Israel Deaconess y profesor adjunto de cirugía en la Facultad de Medicina de Harvard.
El Dr. Gershman añadió que, tras tratar las formas bacterianas de prostatitis, debe volver a analizarse el PSA para asegurarse de que los niveles vuelven a la normalidad. Si el PSA sigue elevado tras el tratamiento antibiótico, o si se detectan niveles anormales en hombres con prostatitis no bacteriana, entonces el PSA «debe evaluarse de acuerdo con los enfoques diagnósticos estándar», dijo el Dr. Gershman.