Definida como una tensión arterial igual o superior a 130/80, la hipertensión es la principal causa de infarto de miocardio e ictus.
Sin embargo, sólo una cuarta parte de las personas con presión arterial alta (también conocida como hipertensión) la tienen bajo control.
¿Por qué? A menudo, las personas no toman la medicación exactamente como se les ha recetado, sino que se saltan algunas dosis o incluso todas.
Además, aproximadamente una de cada siete personas padece lo que se conoce como hipertensión resistente, es decir, hipertensión a pesar de tomar tres o más medicamentos para la tensión arterial, incluido un diurético.
Ambos problemas inspiraron el desarrollo de un nuevo método no farmacológico para reducir la tensión arterial.
Se trata de la denervación renal, un procedimiento mínimamente invasivo que destruye algunos de los nervios que rodean las arterias renales que irrigan los riñones.
“La idea es interrumpir la comunicación entre el cerebro y los riñones que conduce a la hipertensión”, explica el Dr. Randall Zusman, director de la División de Hipertensión del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard.
El mecanismo exacto no se conoce del todo. Pero las personas que se someten al procedimiento siguen siendo capaces de elevar su frecuencia cardiaca y su presión arterial cuando lo necesitan, afirma.
5 hábitos para bajar la tensión arterial
Estos métodos no farmacológicos pueden ayudarle a bajar la tensión arterial.
– Camine o haga otro tipo de ejercicio al menos 30 minutos al día.
– Tome al menos cinco raciones de fruta y verdura al día.
– Evite los alimentos salados y procesados.
– Limite la cantidad de alcohol que bebe.
– Practique estrategias para reducir el estrés, como la respiración profunda.
¿Qué es la denervación renal?
Para la intervención, el médico introduce un catéter fino y flexible por una pequeña incisión en la parte superior del muslo o en la muñeca y lo hace pasar por los vasos sanguíneos hasta llegar a la arteria renal
“Los nervios que controlan los riñones discurren por el interior de la pared de las arterias renales”, explica el Dr. Zusman.
Un diminuto dispositivo situado en la punta del catéter desactiva algunos de estos nervios mediante energía de radiofrecuencia, ultrasonidos o alcohol, explica el Dr. Zusman, que ha participado en ensayos clínicos o asesorado a empresas que utilizan cada uno de estos tres métodos.
Se tratan las arterias renales que conducen a ambos riñones.
La intervención se realiza bajo sedación consciente (el paciente está somnoliento y relajado, pero puede sentir algo de dolor) y dura unos 30 minutos.
Altibajos de la denervación
La historia de la denervación renal se remonta a principios de la década de 1950, cuando los médicos intentaron interrumpir la comunicación cerebro-riñón con un procedimiento que cortaba las conexiones del sistema nervioso en el cuello o el tórax para tratar la presión arterial muy alta.
Pero este método se abandonó rápidamente porque provocaba una presión arterial peligrosamente baja.
Las estrategias actuales basadas en catéteres que utilizan energía de radiofrecuencia se desarrollaron en los años 90, y los resultados iniciales parecían muy prometedores.
Sin embargo, para demostrar su valor real, los investigadores tuvieron que comparar la denervación renal con un placebo, en este caso, un procedimiento simulado que consistía en colocar el catéter pero sin administrar el tratamiento.
En un primer ensayo realizado en 2014, la denervación renal no resultó más eficaz que el procedimiento simulado.
Sin embargo, estudios posteriores en los que se utilizaron diversos dispositivos sugieren que el procedimiento puede reducir la presión arterial de forma constante y significativa.
Los ensayos han incluido un amplio espectro de personas, desde aquellas con hipertensión resistente que seguían tomando medicación hasta las que aún no habían tomado ningún fármaco para la presión arterial.
Respuestas variadas
“Lo que resulta especialmente interesante es que, mientras algunas personas experimentan reducciones drásticas de la tensión arterial tras la denervación renal, otras tienen una respuesta muy escasa o nula”, afirma el Dr. Zusman.
Ahora mismo no sabemos cómo identificar a los más beneficiados, por lo que se trata de un campo de investigación e interés continuados, afirma.
Aunque el procedimiento puede producir algunos efectos secundarios, como hematomas y hemorragias en la zona de inserción del catéter, suelen ser leves y poco frecuentes.
Actualmente, la denervación renal está disponible en algunos países europeos. En Estados Unidos, dos empresas de productos sanitarios están tramitando la aprobación de sus catéteres por la FDA.