En los Estados Unidos, la FDA aprueba medicamentos para tratar enfermedades específicas. Para demostrarle a la FDA que un medicamento es eficaz y seguro, los médicos necesitan tiempo.
Es necesario reclutar y seguir a un gran número de pacientes para ver si el fármaco ha funcionado y si ha producido efectos secundarios peligrosos, y todo eso lleva tiempo.
Si los médicos toman atajos, pueden sacar conclusiones erróneas sobre si el medicamento es eficaz y seguro.
A veces, los efectos secundarios poco frecuentes pero graves no aparecen hasta que muchas personas han tomado el medicamento durante un período prolongado.
Por ejemplo, el medicamento para la artritis rofecoxib (Vioxx) se estudió en miles de pacientes, se consideró seguro y se aprobó para su uso.
Pero cuando cientos de miles de personas comenzaron a tomar el medicamento, se hizo evidente que el medicamento aumentaba el riesgo de hipertensión arterial grave y ataques cardíacos. La droga fue retirada del mercado.
Para desarrollar un medicamento para una nueva enfermedad viral, como COVID-19, debe aprender cómo se construye el virus, porque puede tener un punto débil que puede atacar con un medicamento.
Debe aprender cómo el virus se adhiere y luego ingresa a las células de una persona, y cómo se multiplica una vez que está dentro de las células, para poder crear o encontrar un medicamento que bloquee esos pasos.
De vez en cuando, un medicamento antiguo para una enfermedad antigua también puede ser eficaz contra una enfermedad nueva.
Tenemos formas de probar rápidamente si miles de medicamentos ya aprobados para tratar otras enfermedades también podrían tratar una nueva enfermedad.
Cuando eso sucede, acelera enormemente las cosas, ya que los medicamentos aprobados han establecido récords de seguridad y ya se están fabricando.
Por ejemplo, se desarrollaron dos medicamentos que parecen ser efectivos para tratar COVID-19, remdesivir (Veklury) y dexametasona (Decadron), para otras afecciones. Desarrollar un fármaco nuevo es un proceso mucho más lento.
Mucha gente pregunta por qué el proceso de aprobación de la FDA es tan lento. En realidad, el proceso de la FDA es más rápido que el de muchas otras naciones desarrolladas.
Pero también es cuidadoso y deliberado, y eso ha salvado sufrimiento y vidas. Por ejemplo, a principios de la década de 1960, las pruebas de la FDA detectaron un efecto secundario peligroso del medicamento talidomida y lo mantuvieron fuera del mercado estadounidense, lo que salvó a miles de niños estadounidenses de defectos de nacimiento.
Hoy en día, muchos medicamentos y vacunas, antiguos y nuevos, se están probando cuidadosamente contra COVID-19, más de lo que se había probado anteriormente para detectar cualquier otra enfermedad nueva. Eso es motivo de optimismo.