Wednesday, February 5, 2025
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Tratamiento de la angina persistente

Harvard Medical School

Pregunta: Soy un hombre negro de 75 años que ha padecido una enfermedad coronaria, incluidos dos infartos y dos operaciones de bypass a los 40 y 50 años.

Aunque tomo varios medicamentos para el corazón (entre ellos una estatina y un inhibidor de la PCSK9), sigo teniendo frecuentes dolores en el pecho cuando camino, sobre todo al subir escaleras.

Mi colesterol LDL es de 61 y mis triglicéridos son de 43. ¿Existen otros tratamientos que puedan reducir la placa aterosclerótica? Mi médico dice que no soy candidato a un stent.

Respuesta: Puede tranquilizarle saber que la angina de pecho (dolor torácico con el esfuerzo o el estrés emocional) es bastante frecuente entre las personas con enfermedad coronaria.

Sus síntomas parecen bastante graves, aunque no es de extrañar, dados sus antecedentes de cardiopatía. ¿La buena noticia? Definitivamente hay otras opciones que pue,de seguir para aliviar su angina de pecho.

Aunque su médico diga que un stent no es una opción, tal vez quiera pedir una segunda opinión sobre si este procedimiento puede ser factible para usted.

En situaciones complicadas como la suya, una segunda opinión suele ser útil.

Además, hay otros tratamientos farmacológicos que puede probar y que se dividen en dos grandes estrategias. Una, como ha señalado, consiste en reducir la placa de las arterias. Su nivel actual de LDL es excelente, pero reducirlo aún más puede ser útil.

Podría añadirse a su medicación actual otro fármaco reductor del colesterol: ezetimiba (Zetia) o ácido bempedoico (Nexletol). Otro fármaco, el icosapent etílico (Vascepa) también ha demostrado reducir la placa, pero sólo en personas que tienen los triglicéridos elevados (más de 150 miligramos por decilitro). Dado que sus triglicéridos son normales, no está claro que esto pueda ayudar.

Existen otros medicamentos que ayudan a reducir la frecuencia y gravedad de los síntomas. Por ejemplo, el antagonista del calcio diltiazem (Cardizem) puede disminuir la frecuencia cardiaca (idealmente a unos 60 latidos por minuto), y un nitrato de acción prolongada como el isosorbide (Isordil) ayuda a dilatar las arterias coronarias.

Si la frecuencia cardiaca y la tensión arterial ya están bien controladas, puede añadirse otro fármaco, la ranolazina (Ranexa), que actúa sobre el metabolismo de las células cardiacas.

Por último, puede que quiera preguntar a su médico por la colchicina (Lodoco). Este antiinflamatorio se utiliza desde hace tiempo para tratar una forma de artritis llamada gota.

Pero se ha demostrado que una dosis más baja previene los infartos de miocardio en personas con enfermedad coronaria.

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Dr. Benjamin Díaz Curiel

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